FRANCISCO MORAZÁN, HONDURAS.
De acuerdo con declaraciones de analistas, las Fuerzas Armadas de Honduras (FF.AA.), pasaron de ser una institución dedicada a la defensa nacional y subordinada a las decisiones del poder democrático, para convertirse en un brazo del oficialismo, dispuesto no sólo a blindar políticamente a figuras afines al gobierno, sino también a intimidar voces incómodas desde el periodismo independiente.
La intolerancia a la crítica de parte de las máximas autoridades de la institución castrense, se refleja en los recientes señalamientos hacia el Colegio de Periodistas de Honduras (CPH) y varios periodistas específicos, a través de un editorial titulado “sicarios de la comunicación”.

Estas actitudes de los altos jerarcas de las FF.AA., desencadenan una guerra discursiva para proteger intereses político-partidarios en lugar de velar por la institucionalidad y el respeto a los derechos fundamentales, por medio del ataque a periodistas y medios de comunicación que cuestionan el accionar del oficialismo.
La situación considerada como una clara amenaza a los periodistas y a la libertad de expresión este tipo de ejercicios como la publicación en un periódico institucional de las FFAA vulnera: El derecho a la libertad de expresión (Art. 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos), así como el derecho al honor y reputación (Art. 11 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos); y coloca en riesgo la vida e integridad de las personas al exponerlas como enemigos del Estado ante la opinión pública.
Además, a criterio de entrevistados entrevistados el hecho de que esta portada provenga de un medio oficial de las Fuerzas Armadas (como se indica en el encabezado institucional) constituye una violación al principio de neutralidad de las instituciones públicas. Las FF.AA., como parte del aparato estatal, deben abstenerse de participar en ataques a ciudadanos, especialmente a periodistas y medios.
Mientras tanto, organizaciones de sociedad civil y gremios de prensa han comenzado a expresar preocupación por el tono y contenido de la comunicación militar, advirtiendo sobre los riesgos de criminalizar la labor periodística y el ejercicio de la crítica pública en un contexto electoral tenso y polarizado.
Por su parte, la comunidad internacional observa con atención esta confrontación entre el periodismo independiente y las estructuras de poder, en un momento crucial para la democracia hondureña.
Esta actitud beligerante, más propia de regímenes militares que de democracias en construcción, plantea serios cuestionamientos sobre el verdadero rol que está jugando la cúpula militar en el frágil equilibrio de poderes del país, concuerdan los analistas críticos.
Cabe señalar que, el Colegio de Periodistas de Honduras (CPH) y destacados comunicadores denunciaron este lunes lo que consideran una campaña de intimidación desde la cúpula de las FF.AA., luego de los contundentes discursos pronunciados durante la ceremonia de entrega del premio Álvaro Contreras 2025.
El periodista Dagoberto Rodríguez, galardonado del premio Álvaro Contreras 2025, dijo que, “tanto dolió, caló e incomodó en el poder nuestros discursos… Seguimos firmes”.

A la vez, advirtió que, sus palabras parecen haber provocado represalias institucionales, por lo que denunció públicamente al jefe del Estado Mayor Conjunto, general Roosevelt Hernández, como responsable de cualquier amenaza o daño contra su integridad y la de su familia.
Asimismo, el presidente del CPH, Juan Carlos Sierra, expresó indignación a través de un posteo en la red social “X” ante la publicación castrense, “¡Qué pena por las FFAA! Se nota que el discurso del viernes anterior ocasionó roña en la cúpula. Hago responsables al general Roosevelt Hernández y a la ministra Rixi Moncada de cualquier daño a mi integridad física o la de mi familia”.

Amplió que, pondrá en conocimiento de organismos nacionales e internacionales de derechos humanos esta situación, que calificó como “una escalada peligrosa de persecución desde el poder militar”.
Igualmente, la periodista Thelma Mejía, puntualizó que, “sin duda el jefe del Estado mayor conjunto de las Fuerzas Armadas sigue sin tener quien le escriba. Esa portada donde llama sicarios a la prensa encierra un fuerte mensaje institucional de las Fuerzas Armadas contra la prensa y la libertad de expresión”.
Especificó que, se vuelve institucional desde el momento que una dependencia del Estado coloca en su portada informativa el logo del CPH hace que esa posición sea institucional y no de un comandante en jefe. Y por ser una institución del Estado, cabe preguntarse ¿estamos frente a una política abierta del Estado contra la prensa, los medios y la libertad de expresión?
También el periodista, Armando Villanueva, consideró que “jamás en la historia las FF.AA., habían estado bajo el mando de un general tan cobarde, títere y ahora vocero de políticos corruptos y narcos, como lo hace ahora Roosevelt Hernández”.