- La Dirección Nacional de Vialidad y Transporte advierte que la imprudencia, el uso del celular y el alcohol siguen siendo las principales causas. Más de 1,000 licencias fueron decomisadas en operativos.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
Un nuevo fin de semana sangriento en las vías hondureñas dejó un saldo de al menos 14 personas fallecidas y más de 100 accidentes de tránsito, según informó la Dirección Nacional de Vialidad y Transporte (DNVT) de la Policía Nacional.
De las víctimas mortales, nueve eran motociclistas, una cifra que refleja el creciente riesgo que enfrentan estos conductores en todo el país.
La portavoz de la DNVT, subinspectora Rixi Montoya, detalló que entre las principales causas de los siniestros destacan la distracción al volante, el irrespeto a las señales de tránsito y, especialmente, el uso del teléfono celular mientras se conduce.
“Hacemos un llamado a la ciudadanía a tomar conciencia. Estas muertes pudieron evitarse si se respetaran las normas básicas de tránsito”, lamentó.
Además de los fallecidos, se reportó una veintena de personas lesionadas, algunas de gravedad, en accidentes ocurridos principalmente en los ejes carreteros del país y en las ciudades de Tegucigalpa y San Pedro Sula.
Ante la alarmante cifra de incidentes, la Policía Nacional ha intensificado los operativos de control vial, desplegando personal en los escuadrones metropolitanos 1 y 2, así como en patrullas de carretera y unidades motorizadas. Como parte de estos esfuerzos, se decomisaron más de 1,000 licencias de conducir, incluyendo 157 por conducir bajo los efectos del alcohol.
“La seguridad vial es responsabilidad de todos”, afirmó Montoya, quien instó a los conductores a evitar el consumo de alcohol y a manejar con la debida precaución.
La DNVT reitera que la imprudencia sigue siendo el principal factor detrás de las tragedias viales en Honduras.
A medida que aumenta el parque vehicular y se mantienen las debilidades en la cultura vial, las autoridades temen que las cifras de víctimas continúen en ascenso si no se produce un cambio real en la conducta de los conductores.