- Una panadería de tradición hondureña, junto a otros comercios emblemáticos del casco histórico, fueron reducidos a cenizas esta mañana de martes. El siniestro se extendió con rapidez, generando alarma por su cercanía a la Catedral de San Miguel Arcángel.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
Un incendio de gran magnitud estremeció este martes el corazón del casco histórico de Tegucigalpa, dejando una estela de destrucción y pérdidas materiales incalculables.
El fuego, descrito como “imparable” por testigos presenciales, consumió varios negocios icónicos de la capital hondureña, entre ellos el reconocido local “Chinda Díaz”, fundado en 1960 y famoso por su panadería casera, tamales y otros productos tradicionales hondureños
El siniestro, que comenzó en horas de la mañana, avanzó rápidamente entre los comercios contiguos, obligando a una respuesta urgente por parte del Cuerpo de Bomberos de Honduras, que desplegó múltiples unidades, incluyendo una unidad canasta, para tratar de controlar las llamas.
Las labores de contención se vieron dificultadas por la presencia de cables de alta tensión y la estrechez del diseño urbano de la zona, lo que complicó el acceso a los focos del incendio.
Las imágenes captadas por medios de comunicación y difundidas en redes sociales mostraron escenas dramáticas: columnas de humo elevándose sobre los techos coloniales, estructuras colapsando en vivo y comerciantes intentando salvar lo poco que quedaba.
Uno de los puntos más alarmantes fue la cercanía del incendio a la Catedral de San Miguel Arcángel, un símbolo arquitectónico e histórico de Tegucigalpa.
Las autoridades temieron por la integridad del templo, mientras equipos de emergencia redoblaban esfuerzos para evitar que las llamas se propagaran aún más.
Afortunadamente, no se reportan personas heridas. Todos los empleados fueron evacuados a tiempo, según confirmaron las autoridades.
Hasta el momento, se desconoce el origen del incendio y el número exacto de negocios afectados, así como el monto de las pérdidas económicas.
Al cierre de esta nota, los bomberos ya habían logrado controlar gran parte del fuego. Sin embargo, continúan trabajando en la remoción de escombros y en la verificación de daños internos en los establecimientos consumidos.
Este trágico incidente deja no solo pérdidas materiales, sino también un vacío en la memoria colectiva de Tegucigalpa, al ver desaparecer negocios que por décadas formaron parte del tejido cultural y gastronómico del centro histórico.









