- Miles de personas se aglomeraron en San Pedro Sula para recibir entre 3,000 y 7,000 lempiras. Analistas y sociedad civil advierten que el programa, lanzado en plena campaña electoral, podría usarse para influir en el voto.
SAN PEDRO SULA, HONDURAS.
En plena efervescencia política y a menos de dos meses de las elecciones generales, el Gobierno de Honduras realizó este fin de semana una entrega masiva del llamado “bono climático” en la ciudad de San Pedro Sula, una acción que ha despertado fuertes críticas por su oportuno —y polémico— momento electoral.
Miles de personas acudieron desde el sábado a la Escuela Soledad Fernández, en el barrio Barandillas, para recibir montos que oscilan entre 3,000 y 7,000 lempiras.
Según información oficial, el programa busca brindar “alivio y esperanza” a más de 15,000 familias sampedranas, con una inversión que supera los 107 millones de lempiras, financiada parcialmente por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
Sin embargo, en el terreno la confusión y la falta de información fueron evidentes.
“Es un bono familiar, se supone que son 7,000 lempiras, pero la verdad no sé… a uno lo apuntaron y no pierde nada con apuntarse”, dijo una beneficiaria mientras esperaba bajo el sol.
Otra mujer relató que fue notificada de que “había salido en la lista” y solo necesitaba llevar una copia del DNI para cobrar el dinero.
En los alrededores del centro educativo se observaron largas filas, desorden y aglomeraciones, sin presencia visible de personal técnico que explicara los criterios de selección o el propósito ambiental del bono.
Un programa social en tiempos de campaña
El inicio oficial de la campaña electoral el 1 de octubre coloca este tipo de entregas gubernamentales bajo la lupa.
Diversos sectores han comparado esta práctica con los bonos y ayudas masivas implementadas durante el último año del expresidente Juan Orlando Hernández, por entonces duramente cuestionadas —incluso por actuales funcionarios del gobierno— por considerarse instrumentos de manipulación política.
“Está bien que le den al pueblo, porque en vez de que se lo roben, que se lo den. Pero no en esta época, porque esta época ya es comprar conciencia”, expresó Katia Crivelli, diputada del Partido Liberal, al referirse a la entrega del bono.
Reacciones desde la sociedad civil
“Exhortamos al gobierno actual, y a los que vienen, a no repetir estos errores. Estos bonos no sacan a las familias de la pobreza porque son cantidades limitadas”, manifestó Marco Bhaday, representante de la sociedad civil, quien cuestionó el impacto real de estos programas más allá del contexto electoral.
De acuerdo con Bhaday, este tipo de medidas no atacan las causas estructurales de la pobreza, sino que perpetúan la dependencia y el clientelismo. “No se trata de dar limosnas, sino de construir políticas sostenibles”, añadió.
Contexto electoral y dudas sobre la transparencia
Más de seis millones de hondureños están llamados a las urnas el próximo 30 de noviembre para elegir presidente, diputados al Congreso Nacional, alcaldes y representantes al Parlamento Centroamericano.
Mientras tanto, la entrega de bonos, ayudas y programas sociales —sin claridad sobre su temporalidad ni su supervisión— sigue generando sospechas de uso político de los recursos del Estado, en un país donde las instituciones de control enfrentan un cuestionamiento constante.
Conclusión
Aunque el gobierno sostiene que el “bono climático” busca mitigar los efectos económicos de fenómenos naturales y brindar alivio a las familias más vulnerables, su implementación en plena campaña electoral plantea serias dudas sobre su propósito real.
La ayuda social, necesaria y legítima, se ve así empañada por el sospechoso calendario político y por la falta de transparencia en la gestión de los fondos públicos.