TEGUCIGALPA, HONDURAS.
En las últimas horas se ha viralizado un supuesto “chat” de Ana Hernández, antes de morir la noche del pasado domingo 19 de marzo, se trata de una conversación que habría mantenido con su pareja a través de WhatsApp.
En las imágenes se puede leer una amenaza de suicidio, “Ahorita mismo me voy a pegar un tiro en la cabeza”, “Cada vez que se c… esa p…acuérdese de mi”.
“Feliz día del padre b…..”, “Que no vuelva a saber de mi va a ser mi regalo para usted”. Asimismo, se observa a la fémina apuntándose directamente con una pistola en la cabeza.
Ana Lizeth Hernández Cantillano (32), fue encontrada sin vida a causa de un balazo en la cabeza dentro de su residencia en la Colonia Villa Foresta, ubicada a salida al sur de la capital.
Según familiares de Ana Lizeth, no pudo tratarse de un suicidio, no creen que la fémina haya tomado la decisión de quitarse la vida, por lo que solicitan esclarecer el hecho.
En primera instancia culpan al Mayor de Artillería Allan Franco Méndez (41), militar activo y expareja de Hernández.
La hermana de Ana Hernández, reveló ante los medios de comunicación que la ahora occisa era víctima de abuso psicológico, pese a ser una mujer fuerte, pero que en presencia del acusado “era sumisa”.
«Mi hermana sufría muchísimo de violencia psicológica. Mi hermana era una mujer fuerte, pero ante él y los maltratos se mostraba sumisa. Ante las humillaciones verbales que le hacía era sumisa», señaló Angie Hernández.
Confirmando la relación conflictiva que mantenían, su hermana aseguró que Ana, justificaba las actitudes de Franco Méndez porque “era militar” y por eso tenía tratos “toscos”.
Por su parte, Suyapa Cantillano, madre de Ana, también relató que su hija era objeto de maltrato, “yo estuve una semana con ella allá, y decidí irme porque miré violencia por parte de él, como que la manipulaba, mi hija era como sumisa, entonces yo mejor me vine porque si yo le contestaba algo (a él), por ejemplo que si ya no la quería que se fuera porque la casa era de mi hija, yo pensaba: ‘voy a causar un problema’.
“Yo sí creo que él fue y quiero que se haga justicia, le vengo pidiendo a Dios que esto se acabe”, aseguró entre lágrimas.
Según la acongojada madre, Ana Lizeth tenía miedo de Allan Antonio Franco Méndez, “él llegaba a las 10 de la noche y quería que ella lo atendiera, pero mi hija también trabajaba y entonces se levantaba como con miedo porque él llegaba brusco. Yo digo públicamente que mi hija estaba bien sumergida, como amenazada. Mi hija no se defendía de las palabras de él, yo salí como huyendo de ahí… Dejé a mi hija sola ese domingo, sin pensar…”, dijo.
“Yo me fui de la casa de mi hija porque no aguanté ese estrés de sentir como que la manejaba, como si era un objeto para él, no era su esposa, era un objeto”, concluyó la mujer, que se encuentra en su vivienda en la aldea de Zambrano, esperando que se haga la autopsia para poder sepultar a la mayor de sus seis hijos.
“Mi hija era una mujer profesional, que sabía lo que quería, quería mucho a su familia”, agregó Suyapa, por lo que no cabe en su mente la posibilidad de que haya decidido quitarse la vida como asegura su yerno, quien fue capturado porque dentro de la vivienda se encontraron 11 cargadores de fusil 5.56, un cargador de pistola, 171 proyectiles de fusil, 160 casquillos de bala y 6 granadas de fragmentación trifásica.
Las Fuerzas Armadas de Honduras emitieron su postura en este hecho, asegurando que colaborarán con la investigación, poniendo a disposición al militar ante las autoridades competentes.