• El conteo permanece detenido desde el viernes y la diferencia mínima entre Asfura y Nasralla intensifica las sospechas, los reclamos y las exigencias de transparencia
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
Honduras cumplió este domingo más de 48 horas sin una nueva actualización de los resultados de las elecciones generales del pasado 30 de noviembre, lo que ha profundizado la incertidumbre ciudadana y aumentado la presión política sobre el Consejo Nacional Electoral (CNE).
El último reporte oficial se publicó el viernes 5 de diciembre, alrededor de las 4:30 de la tarde, y desde entonces el país no ha tenido noticias sobre el avance del escrutinio.
La ausencia de información mantiene en vilo a los hondureños y ha alimentado dudas sobre la capacidad del sistema para ofrecer resultados oportunos y confiables.
CNE atribuye interrupción a fallas técnicas del proveedor
Las consejeras Cossette López y Ana Paola Hall explicaron que la caída de la página donde se transmiten los resultados preliminares responde a “problemas técnicos” de la empresa adjudicada, y no a fallos del pleno o del equipo técnico del CNE.
Hall aseguró que, aunque el organismo tiene “la voluntad firme de que la divulgación sea continua”, las fallas derivan de situaciones “ajenas al CNE y propias de la empresa encargada”, lo que ha impedido reanudar la publicación de resultados.
Desde el inicio del escrutinio, la transmisión ha enfrentado múltiples interrupciones, lo que ha deteriorado la confianza pública en un proceso ya marcado por tensiones políticas y cuestionamientos sobre su transparencia.
Una contienda extremadamente cerrada aumenta la presión
Los últimos datos divulgados antes de la parálisis situaban al candidato del Partido Nacional, Nasry “Tito” Asfura, en el primer lugar con 1,132,321 votos (40.19%). Muy cerca, el presidenciable del Partido Liberal, Salvador Nasralla, sumaba 1,112,570 votos (39.49%), una diferencia de apenas 19,751 sufragios.
En tercer lugar figuraba la candidata del partido Libre, Rixi Moncada, con 543,675 votos (19.30%), quien busca suceder a la presidenta Xiomara Castro.
El conteo quedó detenido cuando el CNE había procesado el 88.02% de las actas, un punto crítico en una elección donde cada acta pendiente podría modificar la tendencia general.
La extrema cercanía entre Asfura y Nasralla ha generado un ambiente de tensión creciente, con simpatizantes y dirigentes exigiendo información clara y continua.
Observadores y partidos piden celeridad, trazabilidad y claridad
La Misión de Observación Electoral de la OEA (MOE/OEA) expresó su preocupación por las demoras, pidiendo agilizar el escrutinio sin afectar las medidas de seguridad y trazabilidad.
“Hemos observado un resultado sumamente ajustado”, declaró la misión, encabezada por el excanciller paraguayo Eladio Loizaga, al insistir en la importancia de ofrecer certeza y transparencia ante un escenario tan estrecho.
Mientras tanto, diversos sectores políticos han elevado sus reclamos.
El partido Libre, por ejemplo, solicitó el sábado la anulación de la fórmula presidencial, argumentando irregularidades en el proceso y la necesidad de salvaguardar la voluntad popular.
La ciudadanía también ha expresado frustración por la lentitud del conteo y por la falta de explicaciones más detalladas, especialmente considerando que el proceso electoral —incluyendo primarias e internas— representa un costo total estimado de 4,000 millones de lempiras (unos 150 millones de dólares).
Problemas operativos continúan: un municipio votó hasta hoy
Otro hecho que evidencia las dificultades del proceso se registró en el municipio de San Antonio de Flores, en el departamento de El Paraíso, donde la población pudo votar hasta este domingo, una semana después de los comicios generales, debido a problemas logísticos que impidieron la instalación de las Juntas Receptoras de Votos el 30 de noviembre. Alrededor de 5,000 personas estaban habilitadas para sufragar.
El caso, insólito para una elección nacional, pone de relieve la complejidad y los múltiples tropiezos que han marcado este proceso electoral y que hoy, con más de 48 horas sin resultados, mantienen al país sumido en una creciente incertidumbre.
