Honduras debe aplicar un abordaje integral para prevenir y reducir la violencia contra los niños, adolescentes y jóvenes, un fenómeno multicausal que dejó 1.617 muertes entre 2022 y el primer semestre de 2024 y requiere mayor sensibilización, expresaron este lunes expertos en Tegucigalpa.
Prevenir la violencia contra la niñez y la juventud requiere “un abordaje integral” y la «colaboración» de todas las instituciones, dijo a EFE la coordinadora residente de Naciones Unidas en Honduras, Alice Shackelford, durante el Encuentro Nacional para la Prevención y Atención de la violencia contra la Niñez y Adolescencia, organizado por el Sistema Integral de Garantía de Derechos de la Niñez y Adolescencia (Sigadenah).
Agregó que la Agenda 2030 de Objetivos de Desarrollo Sostenible promovida por la ONU tiene un “enfoque muy fuerte alrededor de la prevención de la violencia” hacia la niñez y la población en general.
La coordinadora de la ONU, residente en Tegucigalpa, indicó que la violencia contra la niñez y juventud necesita “una respuesta integral” y fortalecer el Sistema Integral de Garantía de Derechos de la Niñez y Adolescencia.
“La violencia es naturalmente un desafío muy fuerte para el país y como Naciones Unidas seguimos acompañando los esfuerzos que se están haciendo, pero es un tema que debe llamar la atención de la población y de todos los actores”, enfatizó Shackelford.
Según datos de la Red de Instituciones por los Derechos de la Niñez (Coiproden), 1.617 niños y jóvenes murieron de forma violenta en Honduras entre 2022 y el primer semestre de 2024.
La violencia en Honduras “históricamente” ha sido “estructural”, señaló a EFE el coordinador de la red Coiproden, Wilmer Vásquez, quien pidió al Estado “reconocer” que el fenómeno afecta a la niñez y juventud.
Proteger a la infancia y jóvenes «pareciera no ser un tema de prioridad en la agenda de las instituciones del Gobierno y mucho menos una prioridad en el presupuesto público», subrayó Vásquez, quien abogó por la búsqueda de «un consenso» para construir una estrategia nacional orientada a reducir los niveles de violencia contra ese segmento de la población.
El activista reconoció que frenar o reducir la violencia «no es una responsabilidad exclusiva del Gobierno» y destacó la importancia de sensibilizar a la población sobre prevenir este flagelo y fomentar la cultura de la denuncia.
Denunció que al menos 235 niños y jóvenes de Honduras han desaparecido desde 2019 en su viaje a Estados Unidos, donde viven más de un millón de hondureños, la mayoría de ellos de manera irregular.
En la inauguración del encuentro, la viceministra de la Presidencia de Honduras, Dessire Flores, dijo que el país centroamericano registra “altos índices de abuso sexual” y elevadas tasas de embarazo adolescente, sin precisar cifras.
“Vivimos en un país con altos índices de abuso sexual, tenemos niñas embarazadas, cuyas infancias han sido destruidas de manera impune”, subrayó Flores.
Señaló que los niños y jóvenes en Honduras “son reclutados por grupos del crimen organizado, se han convertido en carne de cañón, son sacrificados o privados de libertad como desechos humanos”.
Flores pidió a las autoridades y a las organizaciones de la sociedad civil que piensen en los niños y jóvenes que migran de manera irregular y lamentó que muchos “son tratados como mercancías, sus cuerpos tienen un precio, sus órganos tienen un precio, pero su humanidad no vale nada”.
Con información de EFE