América Central registró un récord de incautaciones de cocaína en 2021 después de las restricciones por la pandemia de Covid-19, informó la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).
La JIFE, un órgano de la ONU encargado de velar por el cumplimiento de los tratados internacionales contra las drogas, presentó en Viena su informe anual.
«Las incautaciones de grandes cantidades de cocaína comunicadas por varios países de la región apuntan a un aumento acusado del tráfico de drogas tras la relajación de las restricciones a la movilidad impuestas durante la pandemia de COVID-19», señala el informe.
Panamá intervino 117 toneladas de cocaína en 2021, 48 toneladas más que en 2020. En Costa Rica se incautaron más de 44 toneladas de clorhidrato de cocaína, la mayor cifra en los últimos 30 años. También en República Dominicana se intervinieron 19,1 toneladas de cocaína.
La explicación de la JIFE es que, pese a que la producción de cocaína siguió durante las restricciones impuestas para frenar la pandemia, la droga sólo empezó a moverse en grandes cantidades una vez que acabaron las limitaciones a la movilidad.
El informe señala que América Central sigue siendo una ruta de tránsito tanto hacia América del Norte como hacia Europa, una situación facilitada tanto por su situación geográfica como por «la fragilidad de sus instituciones de Gobierno».
«Los datos disponibles también indican que, en los dos últimos decenios, las grandes incautaciones de cocaína se han desplazado desde el Caribe hasta Centroamérica como consecuencia del incremento del tráfico de cocaína de Colombia a Centroamérica y América del Norte por la ruta del Pacífico, en lugar de por el océano Atlántico y el Caribe», precisa el informe.
La Junta afirma que el narcotráfico está cada vez más vinculado con otros delitos como la trata de personas, el tráfico de armas, el blanqueo de dinero y la ciberdelincuencia.
Por otra parte, la JIFE señala su preocupación por la ausencia de estudios recientes sobre la prevalencia del consumo de drogas en la región, algo fundamental para aplicar políticas de salud efectivas.
«Las estimaciones más recientes de la prevalencia anual del consumo de cocaína en la población general de 15 a 64 años tienen más de diez años de antigüedad en varios países de la región, como Barbados, Belice, Honduras, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, Santa Lucía y Trinidad y Tabago», critica el informe.
Con información de EFE