- El dirigente liberal cuestiona la lealtad de figuras históricas del partido y asegura que intereses personales han debilitado la democracia y la institucionalidad partidaria.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
Las fracturas dentro del Partido Liberal de Honduras quedaron nuevamente al descubierto luego de que el dirigente José Luis Moncada arremetiera contra reconocidas figuras del liberalismo, a quienes acusó de estar alineadas con el oficialismo de Libre, poniendo en duda su compromiso con el partido.
En una entrevista concedida a medios de comunicación, Moncada apuntó directamente contra el expresidente Carlos Flores Facussé, el excandidato presidencial Yani Rosenthal y el jefe de bancada liberal Mario Segura, a quienes señaló de actuar movidos por “intereses particulares” y mantener vínculos con el Partido Libertad y Refundación (Libre).
“Todo mundo ha denunciado que tanto Carlos Flores, como Yani Rosenthal y Mario Segura siempre han estado cercanos a Libre. Es algo que todos saben, yo no tengo temor de decirlo”, expresó Moncada.
“Chinearon a Ana Paola Hall”: nuevos señalamientos tras su renuncia
Moncada también se refirió a la reciente renuncia de la consejera del Consejo Nacional Electoral (CNE), Ana Paola Hall, insinuando que su nominación y respaldo fue obra de Rosenthal y Segura: “Todos sabemos quién fue quien la nominó y quién la chineó estos últimos cuatro años”, dijo, en tono crítico.
Además, afirmó que, desde las elecciones de 2021, Hall dio señales de una falta de lealtad al Partido Liberal.
“Nunca sentí una lealtad del 100% de parte de Ana Paola Hall. Lo que vimos en 2021 no fue lo esperado de alguien que representa al partido.”
Tensión creciente en víspera electoral
Las declaraciones de Moncada evidencian una crisis interna en el liberalismo, donde las diferencias entre los sectores que exigen una línea independiente y los que mantienen cercanía con el oficialismo se hacen cada vez más públicas.
Con las elecciones generales del 30 de noviembre en el horizonte, el Partido Liberal enfrenta no solo el desafío de competir electoralmente, sino también de reconstruir credibilidad y cohesión frente a una militancia que observa con preocupación las divisiones y los pactos tácitos.