- El diputado de Libre minimizó la ola de tomas ilegales y aseguró que los campesinos solo buscan “recuperar tierras para producir”, pese a las crecientes denuncias de invasiones armadas en distintas regiones del país.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
El diputado del Partido Libertad y Refundación (Libre), Juan Barahona, provocó polémica este jueves al declarar que en Honduras “no existen invasores de oficio”, sino campesinos que recuperan tierras nacionales para producir.
Las declaraciones del congresista oficialista surgen en medio de un contexto marcado por invasiones de propiedades privadas, enfrentamientos y denuncias de inseguridad jurídica que golpean la inversión en el país, especialmente en el sector agrícola y turístico.
“Lo que hay son recuperadores de tierra para producir. Los campesinos recuperan tierras nacionales para la producción”, manifestó Barahona, al ser consultado sobre las tomas de terrenos reportadas en diferentes departamentos.
Según el diputado, las “recuperaciones” son consecuencia de la concentración de tierras en pocas manos, lo que —a su juicio— obliga a los campesinos a buscar espacios para sembrar y sobrevivir.
“Mientras no haya una política de entrega de tierra, los campesinos van a buscar dónde producir. Su vida depende del cultivo y de la producción”, justificó.
Sin embargo, las declaraciones de Barahona fueron calificadas por analistas y sectores productivos como una peligrosa justificación de la ilegalidad, en momentos en que el país enfrenta una creciente ola de invasiones armadas que afectan tanto a hondureños como a extranjeros.
El legislador reconoció que deben investigarse los casos de asaltos y ocupaciones violentas, refiriéndose al reciente hecho en Trujillo, Colón, donde una pareja de canadienses anunció su salida del país tras sufrir una invasión en su complejo turístico.
A pesar de ello, Barahona insistió en su argumento: los protagonistas de estas acciones, dijo, “no son invasores, sino recuperadores de tierras”.
Las afirmaciones del diputado reflejan la ambigüedad del oficialismo frente a un problema que ha generado alarma nacional e internacional. Mientras el gobierno promete atraer inversión y garantizar la seguridad, figuras de Libre como Barahona minimizan la gravedad de las invasiones y relativizan la propiedad privada, un pilar esencial del Estado de derecho.
Organismos empresariales y economistas advierten que este tipo de discursos erosionan la confianza de los inversionistas y alimentan la confrontación en el campo.
“No se puede hablar de desarrollo cuando se justifica la toma de propiedades. La inseguridad jurídica es el peor enemigo del crecimiento económico”, señaló un analista consultado.
En un país donde la violencia, la impunidad y la debilidad institucional ya afectan la inversión, las palabras de Barahona reavivan el debate sobre el papel del gobierno en la protección de la propiedad privada y el respeto a la ley.