- La exrectora de la UNAH señala que el oficialismo busca desacreditar el proceso electoral para presionar políticamente y asegurar alrededor de 40 diputados, pese a encuestas que lo sitúan en tercer lugar.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
A tan solo 19 días para las elecciones generales del 30 de noviembre, la exrectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Julieta Castellanos, aseguró que el Partido Libertad y Refundación (Libre) está consciente de que no ganará la presidencia y ha optado por instalar un discurso de fraude anticipado como estrategia política.
Castellanos afirmó que las recientes acusaciones de Libre contra el proceso electoral responden más a un cálculo político que a irregularidades reales, con el objetivo de negociar fuerza parlamentaria en el próximo gobierno.
“Libre sabe que ya perdió las elecciones. Por eso están desacreditando el proceso: para presionar y negociar desde el Congreso”, sostuvo.
Según la exrectora, el partido oficialista aspira a obtener al menos 40 a 45 diputados, lo que le permitiría incidir en decisiones legislativas clave.
“Esa es la aspiración que tiene Libre: tener al menos 45 diputados para poder estar entre los 86 que deciden”, señaló.
Castellanos aseguró que los propios estudios internos del oficialismo no favorecen a su candidata presidencial, Rixi Moncada.
“Libre tiene resultados, tiene encuestas, y no le dan el triunfo ni en la presidencia, y sus diputados también se verán disminuidos”, puntualizó.
Libre intensifica discurso de fraude en recta final
Las declaraciones ocurren en medio de un incremento en la retórica de Libre contra los entes electorales.
En las últimas horas, la candidata presidencial y exministra Rixi Moncada arremetió nuevamente contra el Consejo Nacional Electoral (CNE), asegurando que no aceptarán una “transmisión tramposa y fallida” tras el simulacro realizado el fin de semana.
Moncada afirmó que los resultados del ejercicio coincidieron con audios filtrados por el fiscal Johel Zelaya —material cuya veracidad no está comprobada— y acusó al órgano electoral de operar una supuesta conspiración en su contra.
“El simulacro fracasó… no aceptaremos un proceso fraudulento”, declaró, y acusó directamente a la consejera Cossette López de liderar un “plan macabro”.
Moncada anunció además que Libre montará su propio sistema de conteo y recuento de actas, pese a no existir aún resultados ni verificaciones oficiales.
Estrategia de presión y victimización
Para analistas, este discurso encaja en una táctica ya utilizada en la región: instalar dudas, desacreditar las instituciones electorales y posicionarse como víctima anticipada para justificar protestas, negociación política o desconocimiento de resultados desfavorables.
Castellanos lo resume así: “Por eso vemos a Libre descalificando el proceso, sembrando dudas y preparando el terreno con expresiones como ‘no hay garantías’”.
Organismos nacionales e internacionales han llamado a respetar las reglas electorales y confiar en los mecanismos institucionales.
Misiones diplomáticas han respaldado públicamente el trabajo de las autoridades electorales, mientras Libre insiste en cuestionar el marco democrático en vísperas de la votación.
Un país atento a la noche electoral
Con encuestas públicas que ubican a Libre en tercer lugar, el partido entra a la fase final de campaña con una estrategia confrontativa que podría tensar aún más el ambiente político.
Mientras tanto, sectores empresariales, misiones observadoras y organizaciones civiles demandan garantías de respeto a los resultados y estabilidad democrática.
El país observa de cerca: el 30 de noviembre no solo se elegirá un gobierno, sino que también se pondrá a prueba la madurez política y el compromiso institucional de todos los actores.












