El avión que la compañía iraní Mahan Air había vendido a la aerolínea venezolana de transporte Emtrasur fue inmovilizado en junio por funcionarios argentinos, bajo sospechas de terrorismo
La Justicia argentina ordenó incautar el avión venezolano retenido en Buenos Aires desde junio a pedido de Estados Unidos, que sospecha que la aeronave de origen iraní pudo ser parte de operaciones vinculadas al terrorismo, informaron medios locales.
El caso generó tensión entre Venezuela y Argentina, que por la mañana del jueves intentó bajar el tenor de la disputa aclarando que no había ningún “incidente diplomático”.
Sin embargo, el juez federal argentino Federico Villena ordenó luego la incautación del avión a pedido de la Justicia de Estados Unidos, pese a las airadas quejas del Gobierno de izquierda de Nicolás Maduro, informó la agencia estatal de noticias, Télam, entre otros medios del país austral.
El avión que la compañía iraní Mahan Air había vendido a la aerolínea venezolana de transporte Emtrasur fue inmovilizado en junio por funcionarios argentinos, bajo sospechas de terrorismo. El Boeing 747 contaba con una tripulación de 14 venezolanos y cinco iraníes al momento del arribo a Buenos Aires.
Según medios argentinos, el avión fue inspeccionado en la tarde del jueves por agentes estadounidenses del FBI.
En una escalada diplomática, el diputado venezolano Pedro Carreño dijo en los últimos días que el mandatario argentino, Alberto Fernández, debía demostrar si era un “títere” y un “pelele” del “imperialismo” o Estados Unidos en el caso del avión, que dijo que debía ser devuelto a Caracas.
La portavoz del Gobierno argentino de centroizquierda, Gabriela Cerruti, buscó el jueves minimizar el entredicho al señalar que las declaraciones de los representantes del país caribeño eran “expresiones de diferentes actores de la vida venezolana” que no implican “un incidente diplomático”.
El mismo jueves, el ministro de Transporte, Ramón Velásquez Araguayán, y un grupo de diputados venezolanos se reunieron en la sede diplomática con el embajador argentino, Óscar Laborde, para entregar un comunicado en el que los trabajadores de la aerolínea manifestaban su deseo de que la tripulación y la aeronave retornaran a su país.