- El subcomisario póstumo de 31 años será recordado por su entrega, valentía y vocación de servicio; familiares y compañeros lo despiden como un ejemplo de heroísmo policial.

TEGUCIGALPA, HONDURAS.
La tarde del domingo, San Pedro Sula fue escenario de una tragedia que también dejó marcada una historia de heroísmo.
El Inspector ahora Subcomisario de Policía póstumo, Kevin Pérez Vargas, de apenas 31 años, perdió la vida tras lanzarse a un riachuelo para rescatar a dos niños que eran arrastrados por la corriente.
Con determinación, logró salvar a uno de ellos, quien permanece bajo atención médica en una clínica privada.
Sin embargo, Pérez Vargas no pudo salir con vida y fue arrastrado junto al otro menor por la fuerza del caudal.
Una vocación de servicio desde joven
Kevin Pérez Vargas se graduó en la Academia Nacional de Policía (ANAPO) en 2017, convencido de que ser policía era más que una profesión: era un compromiso con la vida de los demás.
Su carrera lo llevó a especializarse en Carabineros de Chile, donde obtuvo el título de Ingeniero en Tránsito, consolidando su trayectoria con disciplina, esfuerzo y una firme vocación de servicio.
Era subjefe de la Sección de Accidentes de Tránsito de la Dirección Nacional de Vialidad y Transporte (DNVT), cargo en el que sus compañeros lo reconocían por su liderazgo, entrega y cercanía con la ciudadanía.
El sacrificio que lo convirtió en héroe
De acuerdo con los reportes, todo comenzó cuando un grupo de niños jugaba en la quebrada La Primavera y fue sorprendido por una repentina crecida.
Kevin no dudó en actuar: se lanzó al agua con valentía, rescató a uno de los pequeños, pero la corriente no le permitió salir con vida.
Equipos de la Policía Nacional, el Cuerpo de Bomberos y otras instituciones de rescate trabajaron intensamente en la búsqueda, que se extendió hasta la madrugada del lunes.
“La Secretaría de Seguridad lamenta profundamente lo ocurrido y reconoce en el inspector Pérez Vargas un ejemplo de entrega, valentía y vocación de servicio hacia la niñez y la sociedad hondureña”, expresó la institución en un comunicado oficial.
El dolor de una familia y el orgullo de un país
La noticia de su muerte dejó un vacío en su familia, amigos y compañeros. Un primo relató entre lágrimas que Kevin deja en la orfandad a dos hijos, quienes hoy heredan el legado de un padre valiente y ejemplar.
Compañeros de la Policía recordaron que ser parte de la institución es un apostolado que a veces exige lo más valioso: la vida. Pérez Vargas encarnó ese principio hasta el final, demostrando que la verdadera vocación de servicio se mide en actos, no en palabras.
Un nombre que trasciende
Las autoridades confirmaron que sus exequias se realizarán con todos los honores correspondientes.
Mientras tanto, en las calles y redes sociales, su nombre ya se menciona como un símbolo de heroísmo y entrega en Honduras.
Kevin Pérez Vargas murió como vivió: sirviendo y protegiendo a los demás. Hoy su recuerdo queda grabado no solo en su familia y colegas, sino en cada hondureño que ve en él un ejemplo de amor al prójimo.