La decisión ha escalado las tensiones entre Washington y Brasilia.
(RT en Español)- Fuentes consultadas por el diario Folha aseguran que más allá de las presiones para favorecer al ultraderechista Jair Bolsonaro o la cumbre de los BRICS, la verdadera razón del presidente estadounidense, Donald Trump, para imponer sus nuevos aranceles de 50 % a Brasil tiene que ver con las reglas para las grandes tecnológicas que hay en el gigante sudamericano.
Según los especialistas, el juicio impulsado por el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil para determinar el alcance de las responsabilidad de las plataformas de redes sociales sobre los contenidos que se publican, ha sido vista por el gobierno estadounidense como una afrenta.
En el centro de la diana está Alexandre de Moraes, el mediático ministro de la corte que dictó sanciones que afectaron en su momento al magnate dueño de X, Elon Musk. La decisión, con una multa de por medio, fue vista por el empresario como un ataque a la libertad de expresión, posición compartida por plataformas como Rumble, ahora prohibida en Brasil.
De hecho, en febrero pasado, Trump Media & Technology Group, perteneciente al presidente estadounidense, y Rumble presentaron una demanda conjunta contra el ministro del Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF), Alexandre de Moraes, al que sindican de haber censurado ilegalmente a la derecha en las redes sociales.
El lunes, Folha consultó con un miembro del gobierno de Trump que arremetió contra las decisiones del STF por considerar que buscan desestabilizar la democracia para sostener a un «gobierno impopular», en referencia a la administración de Luiz Inácio Lula da Silva.
Sanciones en ascenso
Hasta ahora, EE.UU. se habría limitado a evaluar sanciones a De Moraes. Sin embargo, en las últimas semanas -siempre de acuerdo al diario brasileño- el Gobierno de Trump optó por subir los decibeles contra la justicia de Brasil, esta vez alegando una supuesta «caza de brujas» contra Bolsonaro, actualmente procesado por su presunta implicación en una trama golpista en enero de 2022.
En una reunión, Trump habría apostado por el arma arancelaria incluso antes de la reciente cumbre de los BRICS, que se desarrolló esta semana en Río de Janeiro y que fue gasolina para que el mandatario amenazara con más tarifas a los que negocien con el bloque. Sin embargo, el tenor de la medida tomó por «sorpresa» a varios funcionarios, que solo sugirieron gravar algunos productos y no un ‘tarifazo’ general de 50 %.