- El diputado Mario Portillo anunció que el oficialismo estudia una iniciativa para quitar la personería jurídica al bipartidismo, pero omitió mencionar los señalamientos de narcotráfico que también salpican a su partido.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
En medio de la polémica por la moción de la bancada nacionalista para declarar al Cártel de Los Soles como grupo terrorista, el diputado de Libertad y Refundación (Libre), Mario Portillo, anunció que el oficialismo afina argumentos jurídicos para presentar una iniciativa que retire la personería jurídica al Partido Nacional (PN) y al Partido Liberal (PL), bajo la misma figura de “terrorismo”.
“Si el objetivo es declarar terroristas a todos los que se dedican al narcotráfico y que utilizan el Estado, en este caso aplica la misma teoría para declarar terroristas al Partido Nacional y al Partido Liberal”, afirmó Portillo, al recordar que en los juicios de Nueva York el PN fue mencionado como una organización criminal vinculada al tráfico de drogas, mientras que en el caso de Midense Oquelí saldrían implicados diputados actuales y exlegisladores del bipartidismo.
Omisiones convenientes
Aunque el parlamentario oficialista se mostró firme en sus acusaciones contra la oposición, no mencionó que en esos mismos juicios testigos del narcotráfico señalaron que todos los partidos políticos de Honduras, incluido Libre, recibieron dinero del crimen organizado.
Portillo defendió a su partido al referirse al llamado “narcovideo”, donde el exsecretario del Congreso Nacional, Carlos Zelaya, fue grabado negociando con narcotraficantes.
El legislador minimizó el hecho recordando que Zelaya, cuñado de la presidenta Xiomara Castro, “ya renunció” y no es miembro activo de Libre, además de recalcar que “ningún miembro de Libre ha sido condenado en Estados Unidos por narcotráfico”.
Una iniciativa con sello político
Pese a insistir en que la propuesta —respaldada por unos diez diputados de Libre— tiene “argumentos jurídicos y no políticos”, el anuncio de Portillo evidencia un clima de confrontación en el Congreso Nacional, donde la estrategia del oficialismo parece orientada más a responder al Partido Nacional que a plantear soluciones de fondo frente al flagelo del narcotráfico.
Mientras Libre se presenta como juez de la historia, el discurso oficial ignora que la sombra del crimen organizado también alcanza a sus filas, dejando en evidencia la fragilidad moral con la que se pretende declarar “terroristas” a adversarios políticos.