• Mientras Libre defiende “transparencia” en el uso del costoso escenario, opositores cuestionan prioridades y recuerdan crisis hospitalaria: “Escenario tipo Bad Bunny para subir a doña Ramona”.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
El coordinador del Partido Libertad y Refundación (Libre), Manuel Zelaya Rosales, salió al paso de las crecientes críticas por el lujoso escenario que utilizará la candidata oficialista Rixi Moncada en un evento político en el Estadio Chochi Sosa, en Tegucigalpa.
La polémica ha encendido el debate sobre el gasto y las prioridades del partido gobernante en plena campaña electoral.
Zelaya aseguró que el escenario fue facilitado por la empresa BMP, propiedad de “Gabo”, y que no hubo desembolso público para su instalación.
“La empresa BMP, dirigida por Gabo, nos facilitó para la próxima Presidenta, ¡Rixi Moncada!, el gran escenario del Estadio Chochi Sosa”, afirmó el exmandatario, intentando disipar las dudas sobre el uso de recursos.
Según Zelaya, el espacio quedó disponible debido a que el concierto del cantante mexicano Natanael Cano—originalmente programado para el 21 de noviembre— fue trasladado al Coliseo Nacional de Ingenieros, una decisión que, dijo, los organizadores pueden confirmar para garantizar transparencia.
“El propietario del evento puede confirmar y explicar públicamente esta decisión, de manera que no quede ninguna duda sobre la transparencia del proceso y la correcta utilización del escenario”, sostuvo.

Sin embargo, el argumento no frenó las críticas. La ostentación del montaje, comparable a producciones de artistas internacionales, ha generado fuertes cuestionamientos en medio de carencias en salud pública, denuncias por falta de medicamentos en hospitales y crecientes reclamos ciudadanos por la crisis económica.
Libre ha convocado a una movilización “sin retorno” este domingo, en defensa de lo que llama la democracia y en respaldo a Rixi Moncada, además de exigir la renuncia de la consejera del CNE Cossette López.
El evento utilizará el escenario cuestionado, que para muchos contrasta con el discurso del partido sobre austeridad y lucha popular.
Desde la oposición, las reacciones no se hicieron esperar.
El candidato a diputado del Partido Liberal, Rashid Mejía, criticó severamente el despliegue:
“Cuando vaya al Hospital Escuela o al San Felipe y le digan que no hay medicinas, recuerden esta imagen. Escenario casi como los que usa Bad Bunny pero para subir a doña Ramona, la que deja joyas y pisto tirado en hotel”.
Las declaraciones han alimentado un debate que trasciende lo estético y apunta al manejo de recursos y prioridades en tiempos de campaña.
En un país donde la precariedad en salud, educación y seguridad sigue golpeando a la población, el despliegue de lujo por parte del partido oficialista ha encendido alarmas y cuestionamientos éticos.
A pocas semanas de las elecciones, la puesta en escena de Libre promete ser tan vistosa como polémica.
La pregunta queda en el aire: ¿es esto empoderamiento político o desconexión con la realidad del pueblo?
Honduras vive una campaña electoral marcada por tensión, cuestionamientos a la transparencia y creciente desconfianza ciudadana.
El evento de Libre podría convertirse en un termómetro del ánimo social y el nivel de respaldo —o rechazo— al oficialismo.












