Defensores de los animales se congregaron este domingo semidesnudos en el centro de la capital de España para reclamar la prohibición de las corridas de toros, en especial en las próximas fiestas de San Isidro, patrón de la ciudad.
Cuando faltan tres días para que comience en Madrid la feria taurina más importante del mundo, una decena de activistas de AnimaNaturalis y CAS International se tumbaron en el suelo de la Plaza Mayor.
Allí yacieron sobre capotes con el lema “Por un San Isidro sin crueldad” y con la intención de “ponerse en la piel de los toros”.
Entretanto, un centenar de acompañantes coreaban y exhibían de pie lemas antitaurinos como “Tauromaquia, abolición” o “La tortura no es arte ni cultura”.
“San Isidro es la celebración de la identidad madrileña. Es llenar las calles con encuentros, comida, brindis y música. Es recordar de dónde venimos y soñar por un futuro construido en comunidad… ¿Qué lugar ocupa en esto la tauromaquia?”, se pregunta el coordinador de AnimaNaturalis en España, Jaime Posada, en una nota de prensa.
Según datos del Ministerio de Cultura citados por ambas organizaciones animalistas, el número de espectáculos taurinos en las plazas de España ha mantenido un descenso sostenido desde 2015.
“Solo el 8% de la población asistió a algún espectáculo taurino en el período de 2018-2019. Solo el 5.9% de ellos acudió a una corrida de toros, novillos o rejones en plaza y una quinta parte de todos los asistentes lo hizo con entrada gratuita”, aseguran.
Calculan que más de 9,000 toros morirán y más de 50,000 serán alquilados para ser explotados en festejos populares, cuyo destino será la muerte, este año o los siguientes.
Las corridas de toros continúan en España de manera desigual pues mantienen la raigambre en Madrid y otras zonas del centro del país y en las regiones de Andalucía (sur) y Valencia (este), pero se prohibieron en Cataluña (noreste) y tampoco se celebran o cada vez menos en las islas atlánticas de Canarias, en la ciudad de Gijón (norte) o en Galicia (noroeste).
En las islas Baleares (Mediterráneo) se aprobó una normativa en 2017 para prohibirlas, pero el Tribunal Constitucional lo frenó, según los animalistas, a petición del gobierno conservador español de entonces, que ya había declarado la lidia patrimonio cultural en 2013.
Con información de EFE