• Maduro resiste presiones internacionales, apuesta por la negociación económica con EE. UU. y desafía abiertamente cualquier intento de intervención militar, manteniendo así la tensión política en la región.
El presidente venezolano Nicolás Maduro ha reafirmado su determinación de mantenerse en el poder, pese a la creciente presión internacional liderada por Estados Unidos.
Según reveló el periodista Jaime Bayly en su reciente análisis, Maduro se apoya en información de inteligencia, principalmente cubana, para asegurar que no existe una inminente intervención militar estadounidense.
Un informe secreto del Pentágono, presentado al presidente norteamericano Donald Trump, desaconseja cualquier operación militar para capturar a Maduro y altos funcionarios de su régimen, debido a los altos riesgos y el impacto negativo para las tropas estadounidenses.
Trump, siguiendo dicha recomendación, ha optado por mantener su estrategia diplomática y económica contra Venezuela.
Frente a este escenario, Maduro permanece firme, retando públicamente a Trump a “mover ficha” y rechazando la opción de huir al exilio.
En busca de evitar un conflicto directo, el mandatario venezolano ha propuesto un “armisticio” y ha ofrecido privilegios comerciales a empresas estadounidenses para explotar petróleo, oro, uranio y minerales raros en Venezuela, incluso prometiendo expulsar a las corporaciones chinas del sector minero nacional.
Esta oferta toma relevancia en el contexto del deterioro de relaciones comerciales entre Estados Unidos y China, y la necesidad norteamericana de acceder a minerales raros para tecnología e industria.
Bayly sugiere que Trump podría ver con buenos ojos este acuerdo comercial para suplir la escasez provocada por la guerra comercial con China.
En otro plano, la figura de Trump ha sido cuestionada respecto a su nominación para el Premio Nobel de la Paz, mientras que dentro de EE. UU. sus acciones —incluyendo el despliegue de tropas en ciudades opositoras y amenazas a políticos adversarios— han provocado divisiones y críticas.
Una reciente encuesta señala que el 58% de los estadounidenses rechaza que el mandatario merezca tal galardón.