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lunes, julio 7, 2025
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Marlon Ochoa desafía al pleno del CNE y denuncia supuesta manipulación en resultados electorales

El consejero de Libre descalifica decisión colegiada y acusa a sus compañeras de sostener un mecanismo “para adulterar resultados”

TEGUCIGALPA, HONDURAS.

A cuatro meses y medio de las elecciones generales, el Consejo Nacional Electoral (CNE) enfrenta una nueva crisis de legitimidad institucional provocada por uno de sus propios miembros. 

El consejero Marlon Ochoa, representante del partido oficialista Libertad y Refundación (Libre), ha decidido desconocer públicamente una decisión tomada por mayoría del pleno, acusando a sus compañeras de facilitar un posible fraude electoral.

En una conferencia de prensa, Ochoa volvió a insistir en que los resultados preliminares deben divulgarse sin previa verificación humana, tal como, según él, lo ordena la Ley Electoral.

“En los resultados preliminares, que por ley deben anunciarse tres horas después del cierre de la votación, debe eliminarse del flujo de la divulgación la intromisión humana”, declaró.

No obstante, el pleno del CNE —conformado por Cossette López (Partido Nacional) y Ana Paola Hall (Partido Liberal) además del propio Ochoa— ya resolvió el pasado 15 de junio implementar la verificación de actas el mismo día de la elección, según los artículos 279 y 283 de la Ley Electoral. Esta medida busca garantizar la transparencia y la fidelidad entre los datos enviados por las Juntas Receptoras de Votos (JRV) y los resultados divulgados públicamente.

Ochoa desafía la institucionalidad

Lejos de acatar el mandato colegiado, Ochoa ha buscado revertir la decisión apoyándose en un dictamen de la asesoría legal del CNE, alegando que la figura de “intromisión humana” puede abrir la puerta a la adulteración de actas.

“He propuesto una enmienda para eliminar la intromisión humana y ajustarse a lo que manda la Ley… Puede ocurrir que un resultado sea transmitido desde los centros de votación y otro distinto sea el que se divulgue desde el CNE”, alertó.

Pero lo que Ochoa denomina “intromisión humana” es, en realidad, un mecanismo de verificación que garantiza la concordancia entre el acta digitalizada y los datos transmitidos. Es decir, se trata de un paso técnico y legal que fortalece el proceso, no lo debilita.

Discurso polarizante y riesgo institucional

Las acusaciones de Ochoa van más allá del plano técnico y se insertan en una narrativa política incendiaria. 

Señaló directamente a sus compañeras del CNE como representantes del “bipartidismo” y las responsabilizó de sostener un “mecanismo diseñado para adulterar resultados”.

“Las consejeras del bipartidismo aún hoy optan por mantener un mecanismo diseñado para adulterar los resultados enviados por la JRV”, acusó sin presentar pruebas.

Esta postura confrontativa no solo desconoce el carácter colegiado del organismo, sino que mina la credibilidad del proceso electoral desde dentro. 

Al desautorizar decisiones del pleno, Ochoa pone en entredicho la independencia del ente y abre la puerta a un discurso de fraude anticipado que ya ha sido utilizado en procesos anteriores para justificar resultados incómodos.

Críticas al modelo TREP

Ochoa también arremetió contra el sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), calificándolo como una estructura “diseñada para permitir la manipulación” de los resultados, pese a que dicho modelo ha sido utilizado en elecciones anteriores y cuenta con supervisión nacional e internacional.

La paradoja es evidente: un consejero que integra el órgano rector del proceso electoral denuncia públicamente que el propio sistema del que forma parte está diseñado para el fraude. 

Una acusación grave que podría debilitar la confianza pública en el proceso electoral de 2025.

¿A quién le conviene la desconfianza?

El rechazo de Marlon Ochoa a una decisión legítima del CNE plantea una pregunta clave: ¿se busca realmente garantizar transparencia o sembrar dudas para favorecer narrativas electorales en caso de una eventual derrota?

Mientras el país se prepara para unas elecciones que definirán su rumbo político, las declaraciones del consejero Ochoa no solo tensan la institucionalidad electoral, sino que alimentan un clima de desconfianza que podría ser utilizado como excusa para cuestionar los resultados.

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