- El consejero sostiene que los audios en poder del Ministerio Público prueban una conspiración en el transporte electoral, pero su denuncia se da en medio de pugnas políticas que golpean la credibilidad del ente.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
El consejero del Consejo Nacional Electoral (CNE), Marlon Ochoa, volvió a encender la polémica interna en el organismo al afirmar que los audios en poder del Ministerio Público, demostrarían una coordinación irregular entre la consejera Cossette López-Osorio y un tercero, identificando el caso como parte de un supuesto plan para “destruir el proceso electoral”.
La nueva denuncia de Ochoa se suma a una serie de ataques públicos entre los propios consejeros, en un momento especialmente delicado para el CNE, cuando el país se encuentra a menos de un mes de las elecciones generales del 30 de noviembre.
Acusaciones mediáticas en lugar de institucionales
Ochoa difundió fragmentos de los presuntos audios en redes sociales, asegurando que López dialogaba con un interlocutor llamado “Tommy” o “Tomás” sobre la adjudicación del contrato de transporte del material electoral.
“Lo del transporte sí me interesa mucho… Tommy, vos tenés el contacto de la gente”, cita Ochoa de una de las grabaciones.
En otro extracto, la voz atribuida a López supuestamente expresa: “Lo que sí estoy clara, es que los militares están con nosotros… me voy a asegurar de que sean de ellos de nuevo los que lleven el transporte del material electoral”.
Para Ochoa, esas frases demostrarían un intento de manipular la cadena logística del sufragio.
Sin embargo, el consejero no presentó pruebas periciales ni documentación oficial que confirme la autenticidad de los audios ni si estos fueron realmente incorporados a una investigación formal del Ministerio Público.
Un patrón de confrontación
Las acusaciones de Ochoa contra su compañera de pleno repiten un patrón de confrontación pública que ha debilitado la confianza ciudadana en el CNE.
En las últimas semanas, el consejero ha hecho reiteradas denuncias mediáticas sobre supuestas conspiraciones, sin que estas se traduzcan en resoluciones oficiales o procesos judiciales concluyentes.
Mientras tanto, Cossette López ha defendido su decisión de no participar en la licitación del transporte electoral, argumentando que busca garantizar imparcialidad y evitar conflictos de interés.
La consejera no ha respondido directamente a las nuevas acusaciones, pero fuentes cercanas al ente aseguran que las filtraciones de Ochoa han provocado un ambiente de desconfianza y tensión interna.
Transparencia en entredicho
Analistas políticos advierten que el intercambio de acusaciones dentro del CNE no solo erosiona la institucionalidad electoral, sino que distrae la atención de los verdaderos desafíos logísticos que enfrenta el proceso.
La falta de coordinación entre los consejeros y el uso político de las denuncias “pone en riesgo la transparencia que dicen defender”, señaló un experto en temas electorales consultado.
En lugar de fortalecer la credibilidad del organismo, los señalamientos públicos de Ochoa podrían profundizar la crisis de confianza entre los partidos, la ciudadanía y la propia estructura del CNE.
Un llamado entre sombras
Al cierre de su declaración, Ochoa instó a la población a “desmontar la conspiración y luchar por unas elecciones transparentes”. No obstante, su mensaje se ve opacado por el creciente descrédito del pleno electoral, dividido por intereses políticos y pugnas personales.
En un contexto de desconfianza y polarización, las denuncias sin pruebas concluyentes parecen más un fuego cruzado interno que un esfuerzo real por defender la democracia.
Y mientras los consejeros se acusan entre sí, la legitimidad del proceso electoral sigue siendo la principal víctima.









