- El consejero afín al oficialismo acusa “conspiración” dentro del órgano electoral y arremete contra la consejera Cossette López, mientras analistas advierten que Libre intenta culpar a las instituciones por su desgaste político.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
A menos de un mes de las elecciones generales, el consejero secretario del Consejo Nacional Electoral (CNE), Marlon Ochoa, volvió a colocarse en el centro de la polémica al denunciar públicamente presuntas irregularidades dentro del organismo electoral.
En un extenso mensaje publicado en sus redes sociales, Ochoa afirmó que dentro del CNE existe una “asociación para violentar la soberanía popular” e intentos de “inscripciones ilegales” de candidaturas, señalando directamente a los diputados Jorge Cálix y Cristian VillaloboS.
“Se han asociado para violentar la soberanía popular, vulgarizar y deformar el proceso de elecciones”, denunció Ochoa, acusando a sus compañeros de actuar “al estilo del bipartidismo de Matamoros Batson, dando y dando”.
Sus declaraciones, sin embargo, fueron interpretadas como parte de una estrategia de victimización política del oficialismo, que enfrenta encuestas desfavorables y un evidente deterioro en su credibilidad institucional.
Denuncias sin pruebas y ataques contra sus colegas
En su publicación, Ochoa anunció que presentará denuncia y recusación contra la consejera Cossette López-Osorio, a quien acusa de dirigir una supuesta “conspiración comprobada” basada en los audios divulgados por el Ministerio Público (MP).
Según Ochoa, los audios demostrarían una “asociación para delinquir” con el fin de alterar los resultados del sistema de transmisión (TREP) y favorecer al candidato Salvador Nasralla.
“Están preparándose como cualquier mafia para anunciar en primer lugar a Salvador Nasralla, sin importar la voluntad soberana del pueblo”, aseguró el consejero, aunque sin presentar evidencia técnica o legal que sustente sus acusaciones.
El tono beligerante del funcionario ha sido cuestionado por sectores políticos y académicos, que advierten que Ochoa está confundiendo su papel institucional con el de un operador político de Libre, utilizando su posición para generar dudas sobre el proceso electoral.

Contradicciones dentro del oficialismo
El discurso de Ochoa resulta contradictorio: durante tres años, Libre ha controlado las principales instituciones electorales —CNE, TJE y RNP— y defendido sus decisiones, pero hoy acusa de ilegalidad a esas mismas estructuras cuando las resoluciones no le favorecen.
Analistas señalan que las denuncias del consejero son parte de una estrategia del partido gobernante para preparar el terreno ante un resultado adverso, culpando al “bipartidismo” o a supuestas conspiraciones.
“Libre no puede culpar al sistema que ellos mismos diseñaron y manipularon. Ochoa intenta trasladar la responsabilidad de un posible fracaso electoral a las instituciones”, opinó un analista político consultado.
Ataque a Cossette López y uso político del MP
La acusación de Ochoa contra la consejera López se suma a la crisis generada por el Ministerio Público, que difundió audios de dudosa procedencia sobre una presunta conspiración electoral.
Sin embargo, tanto López como varios expertos han señalado que se trata de una maniobra política para desacreditar a los consejeros que no responden al oficialismo.
“El ataque a Cossette López parece más una jugada política que un acto de transparencia. Libre necesita enemigos para justificar su pérdida de poder”, expresó un analista político consultado.
Desgaste político y desesperación electoral
Las recientes encuestas ubican a Libre y su candidata Rixi Moncada rezagados frente a los aspirantes del Partido Nacional y del Partido Liberal.
Esa caída en la intención de voto, sumada a la pérdida de control institucional, ha generado un ambiente de desesperación en el oficialismo, que ahora busca reacomodar el discurso público.
Ochoa, lejos de mantener la imparcialidad que exige su cargo, ha optado por una narrativa de confrontación que pone en riesgo la credibilidad del CNE en el momento más delicado del proceso electoral.
Crisis de confianza en el árbitro electoral
A medida que las elecciones se acercan, el país enfrenta un clima de tensión y desconfianza. Los señalamientos cruzados dentro del CNE, las decisiones polémicas del TJE y la participación cada vez más visible de las Fuerzas Armadas, han debilitado la credibilidad del proceso democrático.
“Si los árbitros actúan como jugadores, no habrá resultado que el país crea legítimo”, advirtió una fuente del sector académico.
Mientras tanto, la figura de Marlon Ochoa se consolida como uno de los rostros más controversiales de Libre, símbolo de un oficialismo que parece dispuesto a pelear por el poder incluso a costa de las instituciones.









