• La imprudencia al volante, el consumo de alcohol y el uso del celular mientras se conduce mantienen una crisis vial que ya deja más de 14,000 accidentes en lo que va del año, según la DNVT.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
Las carreteras hondureñas se han convertido en escenario de una tragedia silenciosa que avanza sin freno.
Más de 1,500 personas han perdido la vida y 14,000 accidentes viales se han registrado en lo que va del año, de acuerdo con datos de la Dirección Nacional de Vialidad y Transporte (DNVT).
El portavoz de la institución, César Aguilar, confirmó que los accidentes de tránsito ya son la segunda causa más letal de muerte violenta en Honduras, solo superados por los homicidios.
“Ya hemos contabilizado más de mil 500 muertes y más de dos mil personas lesionadas en los accidentes viales registrados este año”, detalló Aguilar durante una rueda de prensa.
Francisco Morazán y Cortés: las zonas más peligrosas
Los departamentos de Francisco Morazán y Cortés encabezan la lista con la mayor cantidad de siniestros viales, reflejando el impacto de la alta densidad vehicular y la movilidad acelerada en las principales ciudades del país.
La DNVT advierte que esta tendencia no solo expone la falta de control en las carreteras, sino también la urgencia de políticas públicas más efectivas que prioricen la seguridad vial como un tema de Estado.
Imprudencia, el enemigo constante
El diagnóstico de las autoridades es contundente: la imprudencia al volante sigue siendo el principal detonante de la tragedia.
El exceso de velocidad, el consumo de alcohol, la distracción por el uso del celular y la desobediencia a las señales de tránsito figuran entre las causas más frecuentes de accidentes.
A ello se suman los accidentes peatonales, muchos de ellos provocados por la falta de precaución de transeúntes que cruzan en lugares no habilitados o ignoran las normas de seguridad.
“La gran mayoría de estos siniestros se pueden evitar si conductores y peatones respetaran las reglas básicas de tránsito”, enfatizó Aguilar.
Una crisis que golpea a las familias hondureñas
Más allá de las estadísticas, cada número representa una historia truncada.
Decenas de familias hondureñas enfrentan cada semana la pérdida o discapacidad de un ser querido, mientras los hospitales públicos lidian con una creciente presión por la atención de lesionados en carretera.
El impacto económico y social de esta problemática es enorme: los costos médicos, las incapacidades laborales y la pérdida de vidas jóvenes representan un desafío adicional para un sistema de salud ya sobrecargado.
Medidas en marcha
La DNVT informó que mantiene operativos de control y prevención en puntos estratégicos del país, además de campañas de concienciación orientadas a reducir las cifras de accidentes.
Sin embargo, expertos en seguridad vial consideran que las acciones siguen siendo insuficientes frente al volumen del parque vehicular y la falta de educación vial, tanto en conductores como en peatones.
“Cada muerte en carretera es evitable. Necesitamos una cultura vial que valore la vida”, concluyó Aguilar.
Un llamado urgente a la conciencia
Los accidentes de tránsito se han convertido en una epidemia silenciosa en Honduras.
Las cifras de la DNVT reflejan no solo una falla estructural en la seguridad vial, sino también una crisis de responsabilidad ciudadana que debe enfrentarse con educación, control y sanciones efectivas.
Mientras tanto, las carreteras del país siguen cobrándose vidas todos los días —vidas que podrían haberse salvado con un simple gesto de prudencia.








