TEGUCIGALPA, HONDURAS.
La polémica sobre la presencia de médicos cubanos en Honduras vuelve a encenderse, luego de que la ministra de Salud, Carla Paredes, desestimara las preocupaciones del Colegio Médico de Honduras (CMH) y descalificara sus cuestionamientos con declaraciones irónicas, evasivas y, para algunos, irrespetuosas.
“Si no saben dónde están, es porque no quieren saber”, respondió la ministra ante la insistencia del gremio médico, que asegura seguir sin conocer el paradero, funciones y condiciones laborales de los profesionales cubanos traídos por la Secretaría de Salud a inicios de 2024.
Lejos de apaciguar la controversia, Paredes avivó la llama al señalar que “con el Colegio Médico es de nunca acabar”, sugiriendo que cualquier intento de diálogo o rendición de cuentas está destinado al fracaso.
Para muchos analistas y defensores de la transparencia, esta actitud representa un grave retroceso en la relación entre instituciones públicas y cuerpos colegiados, y revela una preocupante opacidad en la gestión sanitaria del actual gobierno.
La ministra descartó que los cubanos estén desplazando a especialistas hondureños, asegurando que solo vienen a “reforzar” el sistema.
Afirmó, además, que la población está “satisfecha y contenta” con su atención, destacando su “carisma y disponibilidad”, sin ofrecer evidencia concreta o datos verificables al respecto.
Pero la declaración que más incomodó fue su ironía dirigida al gremio médico: “Si quieren especialistas y los tienen, llévenmelos y yo los contrato inmediatamente”.
Paredes también acusó a los profesionales hondureños de preferir trabajar en las ciudades y no en zonas rurales como Puerto Lempira, Ocotepeque o Intibucá.
Este tipo de respuestas, más cercanas a una retórica confrontativa que a una gestión basada en diálogo y colaboración, deja abiertas muchas preguntas:
• ¿Por qué no se ha hecho pública la información detallada sobre la distribución y funciones de los médicos extranjeros?
• ¿Cuál es el acuerdo real entre el Estado hondureño y el gobierno cubano?
• ¿Qué garantías laborales y legales tienen los médicos cubanos?
• ¿Está el gobierno utilizando esta colaboración internacional como una cortina para encubrir la precariedad del sistema de salud?
El reclamo del Colegio Médico, lejos de ser un capricho gremial, apunta a un tema de fondo: el derecho de la ciudadanía a conocer cómo se están utilizando los recursos públicos y qué tipo de profesionales están siendo contratados para brindar un servicio esencial como lo es la salud.
En tiempos donde la confianza institucional es frágil y la salud pública enfrenta retos estructurales, el gobierno debería optar por la transparencia y la rendición de cuentas, en lugar de discursos que dividen y descalifican.