El Instituto Nacional de Migración (INM) otorgó 2.320 tarjetas por razones humanitarias al mismo número de migrantes, que se encontraban desde hacía semanas acampando en las inmediaciones de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), en el centro de la capital.
De ellos, informó el INM este jueves en un comunicado, 539 son mujeres y 1.189 hombres adultos, así como 592 menores de edad.
Los migrantes a los que les han sido otorgados los permisos provienen países del Caribe y de Centro y Suramérica, como Haití, Chile, Venezuela, Brasil, Ecuador, Honduras, Colombia, Cuba, Nicaragua, República Dominicana, El Salvador, Perú o Bolivia.
Pero también de Pakistán, Irán, India, Afganistán, Angola, República Democrática del Congo, Nigeria, Senegal, Camerún, Guinea, Mauritania y Francia.
Para atender a estas personas, de acuerdo con el comunicado, se formó un grupo de trabajo integrado por el INM, Comar, el Gobierno de Ciudad de México y la Alcaldía de Tláhuac, donde se instaló un albergue temporal para brindarles atención y asistencia.
«Se precisa que 1.190 se trasladaron voluntariamente al albergue del Bosque de Tláhuac para ser auxiliados y recibir del INM tarjetas por razones humanitarias; el resto fueron llevados a las ciudades de Pachuca, Cuernavaca, Querétaro, Tlaxcala y Toluca, para entregarles sus documentos migratorios», expuso el INM.
Antes de recibir las tarjetas humanitarias y ser trasladados, los migrantes se instalaron durante semanas en la plaza Giordano Bruno, en la céntrica colonia Juárez y cercana a la sede de Comar, para exigir a las autoridades que resolviesen sus visas humanitarias y solicitudes de condición de refugiado.
Durante semanas, denunciaron los migrantes, las autoridades han ninguneado sus peticiones y han estado durmiendo al raso.
Esta situación se da a la vez que las fronteras norte y sur acumulan cada vez más personas migrantes ante las dificultades impuestas por Estados Unidos para entrar al país.
La Casa Blanca anunció a inicios de año que permitiría la entrada de 30.000 cubanos, venezolanos, haitianos y nicaragüenses al mes, siempre y cuando entrasen por cauces legales.
México, por su parte, aceptó recibir de vuelta aquellos que tratasen de acceder por su frontera compartida de forma ilegal.
La noche del pasado 27 de marzo, 40 migrantes murieron en un centro de detención del INM en la fronteriza Ciudad Juárez, después de que se desatase un incendio en su interior y que los agentes a cargo, según un vídeo del interior del inmueble filtrado, huyesen del lugar sin asistirles o abrirles la celda.
Según organizaciones civiles mexicanas, 2022 fue el año más trágico para los migrantes en México, pues unos 900 murieron en el intento de cruzar sin documentos desde el país hacia Estados Unidos.
La región vive un flujo migratorio récord, con 2,76 millones de indocumentados detenidos en la frontera de Estados Unidos con México en el año fiscal 2022. EFE