- Angélica Álvarez, candidata a designada presidencial por Libre, acusa a Cossette López de conspirar para boicotear las elecciones, generando críticas por su discurso agresivo y contradictorio con su historial de defensa de derechos humanos.
 
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
La candidata a designada presidencial por el Partido Libertad y Refundación (Libre) y exministra de Derechos Humanos, Angélica Álvarez, generó controversia al lanzar fuertes acusaciones contra la consejera del Consejo Nacional Electoral (CNE), Cossette López, a quien tilda de conspirar para sabotear las elecciones generales de noviembre.
“La consejera autora del plan para boicotear las elecciones generales me bloqueó. Seguiremos denunciando y exponiendo su conspiración. Vamos a derrotar su macabro plan juanorlandista, aprendiz de Matamoros Batson”, escribió Álvarez en su cuenta de X.
En otro tuit, Álvarez aseguró: “Usted no es víctima de violencia de género, es una mujer perversa, manipuladora, asesina de la democracia que atenta contra la voluntad popular de todo un pueblo”.
Estas expresiones han causado sorpresa y rechazo en la ciudadanía, considerando que provienen de una exfuncionaria que encabezó el Ministerio de Derechos Humanos, institución que tiene como mandato proteger la integridad y los derechos de las personas.
Contexto de tensión electoral
El pronunciamiento de Álvarez surge tras la denuncia pública de López, quien afirmó que su vida corre riesgo debido a una campaña de desprestigio y ataques difamatorios en su contra, presuntamente para deslegitimar su labor dentro del CNE en el contexto de las elecciones de noviembre.
El choque entre ambas funcionarias refleja un ambiente político polarizado y agresivo, en el que los ataques personales se mezclan con la disputa electoral, afectando la percepción de transparencia y seguridad en el proceso.
Organismos de derechos humanos y observadores electorales han solicitado que se baje el tono del discurso político y se garantice un clima de respeto y seguridad para todas las personas involucradas en la organización de las elecciones, recordando que la confrontación verbal y las acusaciones sin pruebas pueden erosionar la confianza ciudadana en la institucionalidad electoral.
El intercambio entre Álvarez y López evidencia la contradicción entre la defensa de los derechos humanos y el uso de un lenguaje agresivo en el marco de la política, generando alarma en un país donde la estabilidad del proceso electoral es clave para la democracia.



                                    





