TEGUCIGALPA, HONDURAS.
La remoción de personal destacado en el Mecanismo de Protección de Defensores de Derechos Humanos, Periodistas, Comunicadores Sociales y Operadores de Justicia, ha encendido las alarmas en algunos sectores de la sociedad por la forma en la que se desbarató esta dependencia de la Secretaría de Derechos Humanos.
A criterio del doctor en derechos humanos Joaquín Mejía, “uno de los grandes problemas que ha tenido el Mecanismo es que para algunas personas funciona y para otras no ha funcionado; el Mecanismo tiene grandes fallas que no permiten ejercer una protección efectiva”.
La crisis se desencadenó luego que la titular de Derechos Humanos, Natalie Roque, afirmara que ella no podía trabajar con criminales. Esto en referencia a los empleados, muchos de ellos afines del Partido Nacional, y otros activistas de derechos humanos independientes.
De acuerdo con Mejía, “es importante que la Secretaría, en un ejercicio de transparencia, nos diga a la sociedad cuáles son las razones objetivas por los cambios de ese personal, quiénes son y cuáles son las capacidades técnicas de ese personal”.
El tema es sensitivo al grado que la coordinadora residente de la Organización de las Naciones Unidas en Honduras, Alice Shackelford, reaccionó.
“Hemos visto que este mecanismo ha tenido desafíos desde el inicio, hay un compromiso de mirar alrededor de esto y hasta que haya una claridad de parte del gobierno que esto tiene que ser una prioridad para Honduras, esa es la cosa importante”, apuntó Shackelford.
“Lamentamos que se esté desarrollando un espacio de muy poca confianza, de muy poco diálogo, entonces llamamos a las partes para que realmente pueda pararse y ver cuál es la mejor manera de responder a los grandes desafíos”, aseveró.
La Secretaría de Derechos Humanos adujo que los despidos se debieron a irregularidades y duplicidad de funciones.
