- El presidenciable liberal criticó al jefe del Estado Mayor por declarar que los militares son “instrumento del poder político” y advirtió que esa postura atenta contra la Constitución.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
Las declaraciones del jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras, Roosevelt Hernández, han desatado una nueva polémica en medio del clima preelectoral.
El candidato presidencial por el Partido Liberal, Salvador Nasralla, acusó a la cúpula militar de haber declarado lealtad política al partido oficialista Libre y no al país.
“Hay que explicarle a las Fuerzas Armadas que la lealtad es para el pueblo hondureño y para defender la Constitución de la República, no para defender al gobierno de turno”, expresó Nasralla durante un evento con seguidores.
El detonante fue una declaración reciente del alto mando militar, en la que Hernández aseguró que las Fuerzas Armadas son un “instrumento del poder político” y están llamadas a ejecutar las políticas públicas del gobierno actual, lo que activó las alertas de sectores democráticos, constitucionalistas y organizaciones de derechos civiles.
¿Militares subordinados a un partido?
Para Nasralla, esta postura representa una peligrosa desviación del rol que la Constitución asigna a los militares, y advirtió que, bajo su eventual gobierno, “las Fuerzas Armadas estarán al servicio del pueblo, no de los corruptos”.
“El uniforme debe honrar al pueblo y a la Constitución, no al gobierno en turno. Conmigo, los soldados no serán instrumento de partidos, sino defensores de la soberanía y el orden constitucional”, recalcó.
El presidenciable liberal también recordó que la historia reciente de Honduras ha estado marcada por la intervención militar en política, y que esa subordinación al poder de turno ha derivado en autoritarismo, represión y corrupción.
Alarma entre sectores democráticos
Las declaraciones del jefe del Estado Mayor han generado inquietud entre sectores que promueven la democracia y la institucionalidad.
Varios analistas consideran que alinear abiertamente a los militares con un gobierno o partido político vulnera el principio de neutralidad que deben guardar las Fuerzas Armadas en una democracia.
Un antecedente preocupante
No es la primera vez que el rol de las Fuerzas Armadas es puesto en entredicho.
Su actuación durante procesos electorales pasados, especialmente en 2017, y su rol en operativos internos, ha generado acusaciones de parcialidad, uso excesivo de la fuerza y violaciones a derechos humanos.
La afirmación de que son “instrumento del poder político” no solo pone en tela de juicio la independencia militar, sino que podría ser interpretada como una admisión abierta de subordinación partidaria, algo inaceptable en un sistema democrático.