- La defensora de derechos humanos responsabiliza a la dirigencia de Libre por permitir agresiones políticas contra mujeres en el Congreso Nacional
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
La defensora de derechos de las mujeres, Honorina Rodríguez, denunció enérgicamente este miércoles la violencia política ejercida contra las consejeras del Consejo Nacional Electoral (CNE), Ana Paola Hall y Cossette López, durante su comparecencia en el Congreso Nacional.
Rodríguez calificó como inadmisibles los actos de agresión, intimidación y amenazas ocurridos a vista y paciencia de la junta directiva del Legislativo, y señaló directamente a los colectivos del partido gobernante, Libertad y Refundación (Libre), como los responsables de perturbar la sesión.
“Nuevamente han sido agredidas, amenazadas, intimidadas de forma directa las consejeras Hall y López. Eso no se puede tolerar en ninguna democracia”, expresó la activista.
Según Rodríguez, las consejeras fueron citadas para rendir cuentas sobre los avances del proceso electoral, pero ni siquiera pudieron completar su intervención debido a la presencia hostil de militantes oficialistas en el hemiciclo.
“Evidentemente, las llevaron para intimidar y confrontar. Ni siquiera dejaron terminar a la abogada Cossette López, y Ana Paola Hall no tuvo oportunidad de hablar. ¿Qué clase de democracia se construye así?”, cuestionó.
En ese sentido, exigió a la dirigencia de Libre, encabezada por Manuel Zelaya y Rixi Moncada, que asuman su responsabilidad política y llamen al cese inmediato de actos de violencia contra mujeres en cargos públicos.
Rodríguez recordó que los colectivos partidarios deben existir para contribuir al desarrollo social y la participación ciudadana, no para convertirse en instrumentos de presión, violencia o acoso político.
“¿Qué son los colectivos? Son estructuras sociales, no comandos de intimidación. Si están actuando así, es porque alguien los está usando con otros fines”, subrayó.
El pronunciamiento de la defensora se suma a una creciente preocupación por el deterioro del debate político en Honduras, especialmente por el uso de violencia para silenciar a mujeres en espacios de poder, en un contexto ya marcado por tensiones preelectorales, polarización y desgaste institucional.