Desde principios de marzo una nueva ola migratoria atraviesa las fronteras del oriente de Honduras, informó en las últimas horas la organización Médicos sin Frontera.
Hasta la fecha, según las cifras del Instituto Nacional de Migración (INM), apuntó, más de 30,000 personas han ingresado al país de manera irregular entre los municipios de Trojes y Danlí, puntos fronterizos con Nicaragua.
Ante la situación, las clínicas móviles de MSF han continuado trasladándose a estas zonas para brindar asistencia médico-humanitaria a la población en movimiento.
Actualmente, el equipo que está instalado a un costado de las instalaciones del INM en Danlí ofrece atención médica de salud mental, soporte social y promoción de salud a las personas que deben parar en este lugar para obtener el permiso para continuar su camino hacia el norte del continente.
Muchas de las personas que pasan por este punto señalan los riesgos que enfrentan al cruzar la selva del Darién, las dificultades crecientes en la ruta por Nicaragua y las situaciones de violencia en Honduras.
“Me lastimé la rodilla porque me tocó caminar más de cuatro horas en Nicaragua. Oficiales de migración me regresaron a Costa Rica y tuvimos que buscar otra ruta alterna. Nos tocó pagar a alguien para que nos llevara entre las montañas y la selva, esto fue peor que en el Darién porque era de madrugada”, dijo Andrith, un venezolano que entró a consulta médica para recibir tratamiento para el dolor.
Por otro lado, Ricardo, también de origen venezolano, comentó antes de entrar a consulta con el médico de MSF: “Estoy con mucho dolor de estómago, he tenido diarrea y fiebre en los últimos días. En la selva del Darién no teníamos acceso a agua potable, nos vimos obligados a tomar agua del río y esto no es bueno”.
“Desde pequeño he padecido de muchas alergias y ahora en la ruta se me desataron varias, también busco un tratamiento para poder controlarlas”.
Así como ellos, entre 80 y 160 personas son atendidas cada día en la clínica de MSF para tratarse diferentes situaciones de salud que les afectan durante la ruta. En el 2022, los equipos brindaron más de 17,000 consultas médicas en dos puntos fronterizos del país: Danlí y Trojes.
De estas personas, un gran porcentaje son menores de edad, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas.
“En la consulta atendemos enfermedades digestivas, cuadros febriles, afectaciones en la piel. Hemos tenido que referir decenas de casos a los hospitales”.
“Hemos asistido a menores de edad que presentan deshidratación y diarrea con sangre. En ocasiones hemos tenido que estabilizarles en el momento. También son comunes las enfermedades respiratorias, por los cambios bruscos de ambiente a los que se exponen estas personas”, señala Lesly Gavarrete, enfermera del equipo de MSF.