HONDURAS.
Alrededor de 30 mil hectáreas de tierra han sido afectadas por las invasiones en 2022 y en lo que va de 2023, especialmente las compañías aceiteras grandes en el Litoral Atlántico, señaló el representante de la Federación Nacional del Palmeros, Eddie Cole.
Aseguró que se ha denunciado hasta la saciedad la invasión de tierras de las que son objeto, pero las autoridades hacen caso omiso a los reclamos de los productores.
Las fincas de Reynaldo Canales y Miguel Facussé, en Atlántida y Colón, han sido severamente afectadas por las invasiones, denunció.
Expresó “nos gustaría que el gobierno pusiera mano dura a las invasiones porque afecta a los productores de palma aceitera, granos básicos y de leche”.
Catalogó como “bastante grave” lo que ocurre en el sector productor, por lo que insistió al gobierno intervenir para evitar que se ponga en peligro la producción.
Refirió que aunque se logren recuperar las tierras que han sido invadidas, deben pasar hasta cuatro años para volver a los niveles de producción óptima que había hasta antes de las invasiones porque se provoca un terrible daño a la tierra.
Reveló que otro mal que los aqueja es la Pudrición del Cogollo (PC) que ha sido la plaga más devastadora de la palma de aceite en América Latina. Los síntomas de la enfermedad se caracterizan por la pudrición de todos los nuevos tejidos, conservándose las hojas que se formaron antes de la infección.