• La candidata presidencial de Libre reaviva la confrontación política al atacar a una consejera electoral en plena campaña, mientras crece la preocupación por el respeto a la institucionalidad democrática a pocas semanas de las elecciones generales.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
La candidata presidencial por el Partido Libertad y Refundación (Libre), Rixi Moncada, encendió nuevamente la tensión política en el país tras lanzar un ataque directo contra la consejera del Consejo Nacional Electoral (CNE), Cossette López, durante un mitin realizado este domingo en Talanga, Francisco Morazán.
Desde el escenario y ante cientos de simpatizantes, Moncada revivió una de las consignas más virales de las elecciones pasadas, originalmente dirigida al expresidente Juan Orlando Hernández.
Esta vez, la adaptó para señalar a una autoridad electoral: “¡Son los mismos de los 12 años siete meses de la narco tiranía, fuera JOH y fuera Cossette!”, gritó ante su militancia.
El tono del mensaje desató una oleada de críticas en redes sociales y entre sectores políticos y empresariales que ven en este tipo de declaraciones una peligrosa escalada de hostilidad hacia el órgano encargado de organizar las elecciones generales del 30 de noviembre.
Un discurso con tinte de confrontación
El acto en Talanga, que pretendía ser una muestra de fortaleza política, terminó reforzando la narrativa de confrontación que ha caracterizado la campaña de Libre en las últimas semanas. Mientras Moncada llamó a su base a “mantenerse firmes y vigilantes”, su discurso pareció orientado más a desacreditar a las instituciones que a presentar propuestas de gobierno.
“El fraude está descubierto y el pueblo lo enfrentará con conciencia y fuerza”, afirmó, sin presentar pruebas concretas, pero apuntando directamente a los órganos electorales.
Analistas consideran que ese tipo de afirmaciones, sumadas a los ataques personales contra consejeros y magistrados, buscan sembrar dudas sobre la legitimidad de los resultados electorales incluso antes de que se celebren los comicios.
Ataques que debilitan la democracia
La agresividad del discurso oficialista hacia figuras como Cossette López —una de las voces más firmes en defensa de la independencia del CNE— ha generado alarma entre observadores nacionales e internacionales. Voces del sector privado y de la sociedad civil advierten que los ataques de Moncada podrían interpretarse como un intento de intimidación hacia quienes tienen la responsabilidad de garantizar elecciones libres y transparentes.
En lugar de fortalecer la confianza ciudadana, el mensaje de Moncada refuerza la polarización política y proyecta una imagen de intolerancia hacia las instituciones. El contraste es notorio con su llamado a “refundar el país con esperanza y solidaridad”, un discurso que pierde credibilidad cuando se acompaña de consignas que desacreditan al árbitro electoral.
Entre la promesa y la amenaza
Moncada también aprovechó su intervención para insistir en que “la oligarquía y el bipartidismo no volverán”, y prometió transformar el modelo económico del país.
“Soy una mujer de palabra y no pediré permiso para tomar decisiones en favor del pueblo: bajaremos las tasas y eliminaremos la muerte financiera”, dijo.
Sin embargo, su insistencia en culpar a las élites y al sistema electoral de los problemas del país contrasta con su rol como candidata oficialista, respaldada por el partido en el poder. El doble discurso —de víctima y autoridad— se ha vuelto una constante en su campaña.
A menos de un mes para las elecciones generales, el tono desafiante de Rixi Moncada deja ver una estrategia más centrada en la confrontación que en la búsqueda de consensos.
Mientras tanto, la institucionalidad electoral enfrenta uno de sus momentos más delicados, bajo el asedio de quienes deberían ser los primeros en defenderla.









