La candidata de Libre alega que el oficialismo ha dado el ejemplo con renuncias, pero evade responsabilidad institucional ante escándalos por vínculos con el narcotráfico.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
En medio del creciente escándalo por los narcovideos que salpican a figuras políticas de alto perfil en Honduras, la candidata presidencial del partido Libertad y Refundación (Libre), Rixi Moncada, intentó desmarcar a su partido del impacto de las revelaciones, asegurando este miércoles que “no hay ningún video que salpique a Libre como partido”.
Moncada, exministra de Finanzas y Defensa, aseguró que si bien hay personas involucradas, el partido ha actuado con “ejemplaridad” al promover renuncias, como en el caso de Carlos Zelaya, hermano del expresidente Manuel Zelaya, quien fue captado en un video que lo vincularía con dinero del narcotráfico.
“No conozco ningún video que salpique a Libre como partido. He visto videos de personas y todas deben ser investigadas”, declaró Moncada, en un discurso que busca aislar la responsabilidad personal de la colectiva, pese a que los señalados ocupaban cargos de poder dentro del Congreso Nacional y del mismo partido oficialista.
“Renunció, y con eso basta”
Rixi Moncada insistió en que la renuncia de Carlos Zelaya como diputado y secretario del Congreso Nacional debería ser vista como una muestra de integridad, aunque no abordó si se impulsará una investigación interna o desde el Ministerio Público.
“Nuestra gente ha renunciado y ha quedado fuera de su actividad. Hemos pregonado con el ejemplo, porque en este país se ha perdido la moral pública”, señaló.
Sin embargo, el argumento de “renuncia como redención” ha sido duramente cuestionado por sectores críticos, que señalan que apartar a alguien de su cargo no equivale a rendir cuentas judiciales por delitos graves como vínculos con el crimen organizado.
Silencio ante el transfondo estructural
Moncada también evadió referirse al trasfondo estructural del escándalo, en el que se señala un patrón de infiltración del narcotráfico en distintos partidos —incluido Libre—, especialmente en períodos electorales.
Su discurso contrastó con el que ella misma ha promovido en el pasado como parte de la “lucha contra la corrupción”, dejando entrever una doble vara: tolerancia cuando se trata de figuras cercanas, y exigencia cuando se trata de adversarios políticos.
Mientras tanto, el país continúa sumido en una grave crisis de credibilidad institucional, y los escándalos vinculados al narcotráfico siguen acumulándose sin respuestas contundentes de las autoridades.