TEGUCIGALPA, HONDURAS.
El general en condición de retiro, Romeo Vásquez Velásquez, lanzó un nuevo y contundente pronunciamiento político, esta vez dirigido a la candidata presidencial oficialista, Rixi Moncada, a quien acusa de representar “un modelo autoritario y fallido” inspirado en regímenes extranjeros.
En una carta pública que ha generado fuerte debate en redes y círculos políticos, Vásquez señala que Moncada “no defiende al pueblo” sino que promueve “un guion extranjero” similar al de Cuba, Venezuela y Nicaragua: modelos que, según sus palabras, “convirtieron riqueza en ruina, libertad en dictadura y patria en prisión”.
La crítica va más allá de lo ideológico. Vásquez retrata a Moncada no como una figura de cambio, sino como parte del problema: “No lucha contra el poder. Ella es el poder. El poder del ‘familión’, que se enriquece mientras vos sobrevivís”, afirma. Acusa a la candidata de hablar de justicia, pero guardar silencio ante la corrupción, de predicar libertad mientras persigue al disidente, y de ocultar sus fracasos culpando a otros.
Las declaraciones tocan una fibra sensible en un país marcado por la frustración social, el desempleo creciente y la desconfianza hacia las élites políticas. Vásquez cuestiona directamente los resultados del oficialismo: “¿Dónde está el cambio que prometieron? ¿Dónde está el empleo? ¿La salud, la seguridad, la unidad?”, se pregunta.
Moncada, exministra y figura clave del oficialismo, ha construido su perfil político sobre la bandera de la refundación democrática y la lucha contra la corrupción. No obstante, ha sido duramente criticada por su cercanía con el círculo de poder de la presidenta Xiomara Castro, por su rol en el debilitamiento institucional y por su aparente silencio frente a prácticas de nepotismo y opacidad dentro del gobierno.
Con este mensaje, Romeo Vásquez posiciona a Moncada como símbolo de una amenaza: una figura autoritaria disfrazada de justiciera popular. “Sirve a una ideología fracasada que lo usa TODO: tus ideas, tu fe, tu trabajo, tu futuro”, advierte.
El discurso no es solo una crítica, sino un llamado a la acción: “Honduras no necesita ideólogos. Necesita patriotas”, concluye el exmilitar.
Hasta el momento, Rixi Moncada no ha ofrecido una respuesta pública. Su silencio, en medio de un ambiente político cada vez más tenso, alimenta la percepción de que el oficialismo prefiere evadir el debate en lugar de enfrentarlo con transparencia.
En un país donde el desencanto político es profundo, las palabras de Romeo Vásquez resuenan como un eco de advertencia: lo que está en juego no es solo una elección, sino el rumbo democrático de Honduras.
