Alrededor de 6 millones de personas están en inseguridad alimentaria en el Corredor Seco de Centroamérica debido a los efectos de la crisis climática, ante lo cual organizaciones humanitarias impulsan acciones para apoyar a los afectados, reducir los riesgos ante desastres y restaurar un billón de hectáreas.
En el Corredor Seco de Centroamérica, una zona vulnerable a fenómenos climáticos, «alrededor de 6 millones de personas tienen problemas de inseguridad alimentaria», dijo a EFE el director de Visión Mundial en Honduras y Guatemala, Jorge Galeano.
La situación del corredor, que atraviesa Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala, donde la mayoría de los más de 10 millones de habitantes vive en pobreza, se ha «venido agravando», aseguró Galeano.
La sequía que azota al corredor, añadió, afecta la producción de maíz, fríjoles y hortalizas, lo que obliga a muchas familias a desplazarse forzosamente, principalmente a las grandes ciudades, donde viven en «condiciones deplorables».
«La situación es bastante difícil, es una situación que si no hacemos algo no va a mejorar por sí sola, esto requiere un esfuerzo compartido y un trabajo intencional», subrayó el ejecutivo de Visión Mundial.
RETROCESOS EN DESARROLLO
Para Galeno, es preocupante que en los últimos años se registran «retrocesos en términos de desarrollo» y que cada vez se hagan «más llamamientos de ayuda por hambruna».
«Cada vez más comunidades se quedan sin agua, porque las montañas donde se produce el agua están siendo taladas, por lo que vemos que más personas tienen problemas para asegurar su comida en la mesa», enfatizó.
Ante este escenario, la organización humanitaria Visión Mundial se ha planteado como objetivo para 2030 «reverdecer» el Corredor Seco centroamericano a través de la restauración de un billón de hectáreas e impactar la vida de al menos 10 millones de personas de la región, con una inversión de alrededor de 100 millones de dólares.
La iniciativa comprende tres líneas de acción: reducir los riesgos ante desastres naturales, garantizar el acceso a agua y saneamiento, y la seguridad alimentaria.
«Parte de esta apuesta tiene que ver con reverdecer el corredor seco, el cual cada vez se está volviendo más desértico, y lo que queremos es tener más área boscosa y aprovechar de manera racional el recurso», explicó Galeano, quien invitó a otros sectores a sumarse al proyecto para proteger el medioambiente.
UNA VULNERABILIDAD MAYOR
En el caso de Honduras, las autoridades declararon la semana pasada la alerta roja, de emergencia, por tiempo indefinido, en 140 de los 298 municipios del país por la sequía causada por el fenómeno de El Niño.
La situación en Honduras «es preocupante» porque, según imágenes satelitales, los municipios en alerta roja registran «una temperatura más alta que está teniendo un impacto en la población y la está poniendo en una situación de vulnerabilidad mayor», dijo a EFE la representante del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Tegucigalpa, Stephanie Hochstetter.
La sequía impactará de «diferentes maneras» en el corredor seco hondureño, donde muchas personas no podrán asegurar el abastecimiento de forraje para el ganado, les hará falta agua potable o perderán sus cultivos, señaló.
Según cifras oficiales, alrededor de 452.000 personas serán afectadas por la sequía en los municipios bajo alerta roja, por lo que Hochstetter ve importante confirmar «el grado de vulnerabilidad» y las necesidades de las familias para asegurar una mejor atención.
El PMA entrega a los afectados asistencia a través de transferencias de efectivo, tarjetas canjeables por alimentos, cupones multipropósitos, así como semillas más resistentes, según su representante en Honduras, que abogó por «acciones anticipatorias» y programas de inversión a largo plazo.
Con información de EFE