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lunes, junio 30, 2025
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“Si no me sacan, usted sabe lo que me va a pasar”: el clamor de Nasser, atrapado en su cuerpo y en un tercer piso desde hace 5 años

  • Padece obesidad mórbida, insuficiencia renal y úlceras. Su salud se agrava, pero aún no puede ser trasladado. Su historia ha conmovido a La Ceiba y a todo un país.

LA CEIBA, HONDURAS.

En un apartamento del tercer piso, sin ascensor ni espacio para bajarlo por las gradas, vive —o más bien sobrevive— Nasser Hilsaca, un comerciante de origen árabe que lleva cinco años inmóvil, atrapado en su cama y en un cuerpo que hoy pesa alrededor de 630 libras.

Ayer domingo 22 de junio, su caso salió a la luz pública y estremeció a la comunidad hondureña.

“Estoy con problemas graves de salud. Si no me sacan de la casa, usted sabe lo que me va a pasar”, expresó con voz entrecortada, consciente de que el tiempo se agota.

Nasser sufre de obesidad mórbida, insuficiencia renal y úlceras, enfermedades que han deteriorado su cuerpo al punto de impedirle moverse, valerse por sí mismo o simplemente respirar con normalidad.

Vive en el Centro de La Ceiba, en un apartamento sin acceso para ambulancias, camillas o sillas de ruedas.

Desde hace cinco años, no ha podido salir del lugar. Sus familiares, que han hecho todo lo posible por cuidarlo, al fin rompieron el silencio y pidieron ayuda urgente.

Este fin de semana, su salud se complicó aún más, lo que llevó a que el Cuerpo de Bomberos y personal médico comenzaran a coordinar un operativo especial para rescatarlo.

El desafío es monumental: para sacarlo, se requerirá una grúa y maniobras cuidadosas.

Bajarlo por las gradas internas del edificio es prácticamente imposible. Mientras tanto, en el Hospital General de Atlántida se comenzaron a hacer los primeros ajustes: tres camillas fueron soldadas para poder recibirlo y se acondiciona un espacio especial para atenderlo con dignidad.

“No estábamos preparados para un caso así, pero ya hemos comenzado a trabajar para poder asistirlo”, reconoció la directora del hospital.

Nasser, alguna vez fue un comerciante activo en La Ceiba. Hoy, apenas puede hablar.

Pero su voz —aunque débil— está empezando a ser escuchada. Su historia no solo refleja una emergencia médica, sino también una realidad silenciada durante años: la obesidad como enfermedad y el abandono de quienes la padecen.

Más allá del drama individual, el caso de Nasser plantea preguntas difíciles: ¿qué sistema de salud tenemos? ¿Qué hacemos como sociedad por quienes no pueden pedir ayuda a gritos, pero la necesitan con urgencia?

Hoy, La Ceiba no solo está movilizada por una operación de rescate, sino también por una urgencia moral: salvar a un hombre que fue invisibilizado durante años y que ahora, con su propia voz, pide vivir.

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