- Autoridades reportan más de 6,800 licencias decomisadas y 571 conductores ebrios durante el asueto; pese a ello, rescataron con vida a 30 personas en riesgo de ahogarse.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
Al menos siete personas perdieron la vida y 74 resultaron heridas durante el feriado de la Semana Morazánica, según el informe presentado por la Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (Copeco).
El reporte detalla que cuatro de las víctimas fallecieron en accidentes de tránsito y tres por sumersión, mientras que la mayoría de los lesionados se registraron en percances viales ocurridos en distintos puntos del país.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Prevención en Movilizaciones Masivas (Conapremm), durante la semana de asueto se contabilizaron 70 accidentes viales y 14 colisiones, que dejaron 74 personas heridas.
En el marco de los operativos preventivos, las autoridades decomisaron 6,871 licencias de conducir y aplicaron 12,273 pruebas de alcoholemia, de las cuales 571 resultaron positivas. Estas acciones, según Copeco, ayudaron a reducir el número de tragedias en carretera.
Asimismo, los equipos de rescate salvaron la vida a 30 personas que estuvieron en riesgo de ahogarse, brindaron 1,566 atenciones prehospitalarias y realizaron 877 traslados en ambulancia.
El operativo, desplegado a nivel nacional, incluyó 653 patrullajes preventivos y 1,433 puntos de control y seguridad. Además, la Dirección Nacional de Vialidad y Transporte (DNVT) implementó este domingo caravanas de retorno seguro para facilitar el regreso de los viajeros.
Una semana de descanso y movilización masiva
El feriado de la Semana Morazánica combina los tres feriados nacionales de octubre: el natalicio del prócer Francisco Morazán (3 de octubre), el Día del Descubrimiento de América (12 de octubre) y el Día de las Fuerzas Armadas (21 de octubre).
Este año, el Gobierno extendió el descanso al conceder dos días adicionales a los empleados del sector público, que serán compensados con días de sus vacaciones.
El asueto también fue aprovechado por miles de hondureños que viajaron al interior del país o hacia naciones vecinas, principalmente El Salvador y Guatemala, según las autoridades migratorias.
