- Exbanquero confiesa haber pagado millones en sobornos que beneficiaron a funcionarios hondureños, entre ellos Francisco Cosenza. El proceso contra el empresario Carl Zaglin expone una vez más a Honduras en tribunales extranjeros.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
El juicio contra el empresario estadounidense Carl Zaglin, acusado de corrupción en contratos millonarios con Honduras, vivió ayer jueves su tercer día de audiencias en la Corte del Distrito Sur de Florida.
El caso es conocido en el país como el escándalo de la Tasa de Seguridad, donde figura directamente involucrado el exfuncionario hondureño Francisco Cosenza.
La jornada estuvo marcada por el testimonio de Aldo Marchena, exbanquero y hoy reo confeso, quien no titubeó en reconocer su rol en el esquema de sobornos.
“Recibí dinero y envié pagos de sobornos”, declaró Marchena ante el jurado, explicando que las órdenes llegaban “indirectamente” de Zaglin, a través de un empleado que le daba instrucciones precisas sobre dónde transferir los fondos.
En junio pasado, Marchena ya había admitido su culpabilidad por conspiración para lavado de dinero, revelando que recibió alrededor de 2,5 millones de dólares provenientes de la empresa de Zaglin.
Ese dinero fue canalizado —menos su comisión— hacia funcionarios hondureños y otros implicados en el entramado de corrupción ligado a la compra de uniformes policiales.
Durante su declaración, relató que en septiembre de 2015 firmó un contrato de intermediación que describió como una simple “fachada”. “Cuando firmé, pensé que era poco ético, pero nada más.
No estaría haciendo lo que me exigía el contrato”, dijo. Sin embargo, en la práctica su papel fue servir como intermediario para los sobornos, disfrazados con facturas falsas y cálculos que daban apariencia de legalidad.
Hondureños en la red de corrupción
Entre los beneficiados de los pagos se encuentra Francisco Cosenza, exdirector de la Tasa de Seguridad Poblacional, quien también se declaró culpable.
Marchena relató que en una ocasión Zaglin le colgó el teléfono cuando intentó hablar directamente sobre los envíos de dinero a Cosenza, consciente de la sensibilidad de esas comunicaciones.
El exbanquero reconoció que organizó pagos directos a Cosenza y que su cooperación en procesos anteriores le permitió obtener reducciones de condena.
Su confesión dejó al descubierto cómo los dólares, las redes empresariales y los funcionarios dispuestos a recibir sobornos hicieron posible un sistema de corrupción sostenido desde Honduras.
Honduras otra vez expuesta en Miami
El proceso judicial contra Carl Zaglin, acusado bajo la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero por contratos de casi 11 millones de dólares en uniformes policiales, continuará el próximo lunes 8 de septiembre en Miami.
Marchena será sentenciado a finales de octubre, pero su cooperación se perfila como clave para el desenlace del juicio.
Una vez más, Honduras aparece en tribunales extranjeros señalada por corrupción institucionalizada, con funcionarios que vendieron su cargo a cambio de sobornos, en un caso que desnuda cómo la Tasa de Seguridad —creada para proteger a la ciudadanía— terminó alimentando redes de enriquecimiento ilícito.