- Análisis técnicos con fotografías aéreas y videos contradicen la versión oficial y colocan la jornada como una de las movilizaciones pacíficas más grandes de los últimos años.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
La caminata de oración por la paz en Honduras, realizada el sábado 16 de agosto, se convirtió en una masiva demostración de fe y unidad ciudadana, con la participación de más de 300 mil hondureños en todo el país, según estimaciones técnicas independientes basadas en fotografías aéreas y videos.
La cifra contrasta radicalmente con la versión oficial del Gobierno, que minimizó la convocatoria y la redujo a apenas 40 mil personas a nivel nacional.
En Tegucigalpa, el análisis independiente calculó la participación de 231 mil ciudadanos, quienes recorrieron 5.5 kilómetros en el bulevar asignado. Con una densidad de hasta cuatro personas por metro cuadrado, la multitud formó una columna humana ininterrumpida que llenó carriles y aceras durante toda la jornada.
En San Pedro Sula, conocida como la «Capital Industrial», la asistencia se estimó en 80 mil personas, con un rango de entre 70 mil y 100 mil. La caminata se extendió por más de dos kilómetros y culminó en el Parque Central con una concentración multitudinaria.
Aunque en ciudades como Choluteca, La Ceiba y Comayagua no se realizaron cálculos técnicos de aforo, los reportes ciudadanos y la cobertura mediática coinciden en señalar que las movilizaciones también fueron masivas, lo que eleva aún más el alcance real de la jornada.
Solo la suma de Tegucigalpa y San Pedro Sula arroja un total de 311 mil participantes verificados, cifra que podría ser mayor al incluir las marchas en el resto del país. Estos números convierten la caminata de oración en una de las manifestaciones pacíficas más grandes de los últimos años en Honduras.
El contraste entre los 311 mil asistentes independientes y los 40 mil reportados oficialmente abre un debate sobre la transparencia del Gobierno en el manejo de las cifras.
Mientras la ciudadanía salió en masa para expresar su fe y clamor por la paz, el discurso oficial buscó minimizar el impacto de una movilización que ya marca un precedente en la historia reciente del país.
