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jueves, noviembre 6, 2025
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“Tenemos un fuerte sospechoso, ya lo sacamos de la línea de mando, lo tenemos en otra asignación”: Roosevelt Hernández sobre militar ligado a supuestos audios con consejera y diputado

TEGUCIGALPA, HONDURAS.

A menos de un mes de las elecciones generales, las Fuerzas Armadas de Honduras quedan nuevamente bajo el reflector público tras admitir que un oficial estaría relacionado con los audios filtrados donde supuestamente participan la consejera del CNE, Cossette López, y el diputado nacionalista Tomás Zambrano.

El jefe del Estado Mayor Conjunto, general Roosevelt Hernández, confirmó este miércoles que la institución ya identificó a un “fuerte sospechoso”, aunque en lugar de suspenderlo o separarlo temporalmente, optaron por reasignarlo a otras funciones.

“Tenemos un fuerte sospechoso, ya lo sacamos de la línea de mando, lo tenemos en otra asignación”, declaró Hernández, admitiendo que sostuvo una conversación personal con el oficial.

La resolución, más administrativa que disciplinaria, ha generado cuestionamientos sobre la contundencia y la transparencia de la respuesta castrense frente a posibles casos de infiltración política dentro de la institución armada.

“Fraternidad” interna y tono de defensa

En su declaración, Hernández sugirió incluso cercanía con el implicado: “Hablé con él, lo conocemos, pues generamos fraternidad entre nosotros, pero a veces los intereses personales los confunden y los distraen”.

El comentario fue interpretado por analistas como un intento por minimizar el hecho y proteger la imagen institucional, aunque a costa de dejar dudas sobre la rigurosidad del proceso interno.

Pese a la gravedad del vínculo —que podría implicar participación militar en maniobras políticas— el oficial continúa activo, únicamente fuera de la cadena directa de mando.

FFAA buscan mostrarse en control

Hernández aseguró que el alto mando actuó “de inmediato” tras conocer las grabaciones difundidas por el Ministerio Público: “Este oficial que hemos sospechado lo sacamos de la línea de mando y lo tenemos en otra asignación. Esperamos que con esto desistan de seguir con estas acciones”.

El general afirmó además que la institución mantiene control absoluto: “Las Fuerzas Armadas están completamente controladas. Estas personas que les dicen que tienen un sector, creo que los tienen engañados”.

Su declaración busca enviar un mensaje de estabilidad, pero también deja entrever preocupación por posibles fracturas o influencia externa, en un contexto de creciente disputa política y denuncias de intentos de manipulación electoral.

Elecciones y antecedentes recientes

El jefe militar también se refirió a lo ocurrido durante el transporte de material electoral en las primarias del 9 de marzo, afirmando que dicho proceso habría sido “un experimento” para los implicados en los audios.

“Por eso hemos determinado solicitar acceso a las copias en foto de las actas del nivel presidencial”, señaló.

La mención recuerda el rol que históricamente han asumido las Fuerzas Armadas en el traslado y resguardo del material electoral, un tema especialmente sensible tras la crisis postelectoral de 2017 y las recurrentes acusaciones de intervención castrense en procesos políticos.

Un mensaje que deja más preguntas que respuestas

La decisión de no separar completamente al oficial ni anunciar un proceso disciplinario formal alimenta suspicacias sobre la independencia militar y el verdadero alcance de la investigación.

En plena recta final hacia los comicios, la declaración de Hernández busca enviar tranquilidad, pero termina exponiendo a las Fuerzas Armadas a un escrutinio mayor: ¿Hay neutralidad plena o complicidad silenciosa?

¿La “fraternidad” pesa más que la institucionalidad y la transparencia?

El país entra a sus semanas más decisivas con otra señal de alarma sobre la línea —cada vez más delgada— entre lo militar y lo político en Honduras.

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