Diez personas murieron en un tiroteo el sábado por la noche en Monterrey Park, una localidad en el sur de California con mayoría de residentes de origen asiático a pocos kilómetros de Los Angeles, California.
El hombre que empezó a disparar, según algunos testigos con una ametralladora, huyó tras el ataque y sigue prófugo.
Investigadores de la Oficina del Sheriff del Condado de Los Ángeles están «ayudando a la Policía de Monterey Park en la investigación de muertes por disparos. Hay diez fallecidos», dijo un comunicado este domingo, admitiendo que el atacante todavía no está detenido.
El tiroteo se produjo cerca de un sitio de Monterrey Park donde se acababa de celebrar el Año Nuevo Lunar. La localidad tiene unos 61.000 habitantes, de origen mayoritariamente asiático, y está ubicada a unos 13 kilómetros al este del centro de Los Ángeles.
Según informes de prensa, el tiroteo ocurrió en un salón de baile el sábado por la noche, cuando estaba terminando el festejo del Año Nuevo Lunar.
Un residente de la ciudad, Wong Wei, le dijo a Los Angeles Times que una amiga suya estaba en el club y estaba en el baño cuando estallaron los disparos. «Cuando salió, vio a un hombre armado y tres cuerpos: dos mujeres y una persona que identificó como el jefe del club», señaló Wong.
Según Los Angeles Times, decenas de miles de personas se habían reunido más temprano ese día para las festividades de dos días del Año Nuevo chino, que se encuentran entre las más grandes del sur de California.
El presunto autor de un tiroteo mortal en California seguía prófugo este domingo, en medio de un enorme operativo policial tras sus pasos. «El sospechoso huyó de la escena y su detención sigue pendiente», dijo Andrew Meyer, de la oficina del Sheriff de Los Ángeles, a los periodistas.
Antecedente cercano
Hace apenas unos días, otro tiroteo sacudió a California, cuando en el municipio de Goshen otra balacera dejó seis muertos, entre ellos una madre de 17 años y su bebé de seis meses. El sheriff del condado de Tulare, Mike Boudreaux, catalogó el hecho como una «masacre horrible».
La madrugada del lunes pasado parecía tranquila cuando alrededor de las 3:30 la policía del condado de Tulare, California, recibió una llamada con la información de un «supuesto tirador activo, por la cantidad de disparos que se estaban escuchando», según expresó el Sheriff ante la AFP.
Según trascendió a los medios el 6800 de Harvest Road había sido registrado la semana pasada tras una denuncia por tráfico de drogas. «También creemos que esto no fue un acto de violencia al azar. Creemos que esta era una familia objetivo«, añadió Mike Boudreaux.