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jueves, junio 5, 2025
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Tormenta repentina causa estragos en la capital: árboles caídos, casas sin techos y pérdidas económicas

TEGUCIGALPA, HONDURAS.

Bastaron apenas unos minutos de lluvias intensas con vientos huracanados para convertir la tarde de este martes en una pesadilla para cientos de ciudadanos del Distrito Central, particularmente en Comayagüela. 

El fenómeno meteorológico provocó cortes de energía, caída de árboles, daños estructurales en viviendas y comercios, y la pérdida de mercaderías enteras.

Uno de los incidentes más graves fue la caída de un transformador sobre un vehículo estacionado, causando daños materiales considerables. 

A esto se sumaron casas destechadas y calles completamente anegadas por la acumulación de agua y basura.

“En cuestión de segundos, el agua se metió al negocio y echó a perder todo lo que teníamos. Es un duro golpe para quienes vivimos del día a día”, lamentó un comerciante de la primera avenida de Comayagüela, una de las zonas más afectadas.

El impacto no fue solo económico: la tormenta dejó al descubierto la fragilidad estructural de una ciudad que cada año enfrenta problemas similares. 

La fuerza del agua arrastró toneladas de basura acumulada, lo que agravó las inundaciones en zonas comerciales y residenciales.

Reacción municipal y declaratoria de alerta verde

El alcalde del Distrito Central, Jorge Aldana, informó a través de redes sociales que cuadrillas municipales ya estaban en camino para atender los daños causados por la tormenta.

“Nuestros equipos están trasladándose hacia Comayagüela donde hay varios daños a causa de los vientos huracanados y lluvias”, comunicó el edil.

Ante el panorama, la Alcaldía Municipal declaró alerta verde por 72 horas como medida preventiva, dado el riesgo de que nuevas lluvias intensas agraven aún más la situación.

El ingeniero Julio Quiñónez, portavoz técnico de la municipalidad, explicó que las precipitaciones de mayo y junio en Tegucigalpa suelen ser de tipo convectivo: lluvias localizadas, de corta duración, pero acompañadas de vientos racheados que provocan daños destructivos.

“Después de esta tan anhelada agua, la necesitamos; es valioso que las represas la reciban. Pero lastimosamente estamos en una ciudad vulnerable”, señaló Quiñónez.

Agregó que los suelos ya presentan condiciones de saturación, lo cual incrementa el riesgo de deslizamientos y colapsos.

“La alerta verde nos permite fortalecer el monitoreo y la respuesta rápida para proteger vidas y bienes”, aseguró.

Las autoridades no descartan extender la medida o elevar el nivel de alerta, dependiendo de cómo evolucionen las condiciones climáticas.

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