Colectivos de Libre y empleados suspenden protestas tras acuerdo con autoridades; pacientes y familiares lamentan interrupción de donaciones vitales.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
Luego de dos días de paralización en el Banco de Sangre del Hospital Escuela, personal técnico y militantes del partido de gobierno, Libertad y Refundación (Libre), suspendieron este miércoles las protestas tras llegar a un acuerdo con las autoridades hospitalarias.
Desde este jueves, el Banco de Sangre retomará sus labores normales de captación y procesamiento de unidades sanguíneas para suplir a pacientes de emergencia en diferentes áreas del centro asistencial.
La interrupción —que provocó el malestar de decenas de familiares— se originó por el rechazo al cumplimiento de una orden judicial que designa a la doctora Criselda Elvir Castillo como jefa del Banco de Sangre.
Los manifestantes exigían en cambio la permanencia de la doctora Yuri Valeriano, a quien atribuyen avances en la captación de donaciones y buen clima laboral.
“Se logró un acuerdo. Las autoridades respetarán nuestras propuestas, y la parte administrativa decidirá cómo proceder. Damos un margen de espera”, declaró el empleado Edwin García.
Donaciones bloqueadas por intereses políticos
Durante los días de protesta, colectivos de Libre impidieron el ingreso de donantes, afectando gravemente a pacientes del Hospital Materno Infantil y otras unidades que dependen de sangre disponible para cirugías y emergencias.
Familiares, especialmente madres de niños hospitalizados, expresaron su indignación ante lo que consideraron una politización inaceptable de un servicio vital.
“No es justo que usen el dolor de la gente para presionar por un cargo. Mi hijo necesita sangre y no me dejaron entrar a donar”, dijo indignada una madre, que pidió el anonimato.
Un acuerdo bajo presión
El acuerdo alcanzado con las autoridades aún no ha sido detallado públicamente, pero fuentes internas confirman que se permitirán evaluaciones administrativas sobre las propuestas del personal inconforme, mientras se garantiza la continuidad del servicio.
La protesta pone en evidencia las tensiones internas en el Hospital Escuela, uno de los más importantes del país, donde la injerencia política parece estar por encima de la atención a los pacientes.
