El líder jesuita exige al Ministerio Público una investigación a fondo y advierte que no basta con la salida del ministro. La sociedad, dice, merece algo más que promesas y simulacros de transparencia.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
El prestigioso sacerdote jesuita y defensor de derechos humanos, Ismael Moreno, más conocido como el Padre Melo, lanzó duras críticas al informe presentado por la Secretaría de Transparencia respecto al escándalo por entrega de cheques a militantes del partido de gobierno, Libre, desde la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
“El pueblo merece respuestas mucho más serias que ese informe churro”, sentenció el religioso, en referencia directa al documento elaborado tras las 72 horas otorgadas por la presidenta Xiomara Castro para esclarecer los hechos.
A juicio del Padre Melo, la reacción oficial no responde con la seriedad ni profundidad que demanda un caso que, a todas luces, compromete fondos públicos en presuntas prácticas clientelistas.
El escándalo estalló tras la difusión de un video en el que el actual ministro de Sedesol, José Carlos Cardona, y la diputada oficialista Isis Cuéllar confirman la entrega de cheques a correligionarios de Libre en la zona occidental del país.
A pesar de la gravedad de la revelación, la narrativa oficial se ha limitado a reconocer fallas administrativas sin asumir responsabilidades políticas claras.
El ministro de Transparencia, Sergio Coello, aseguró haber identificado “serias deficiencias administrativas y financieras” en la ejecución del Fondo de Administración Solidaria, el cual cuenta con una asignación de 950 millones de lempiras para los años 2023, 2024 y 2025.
Según explicó, los fondos debían destinarse a obras sociales, becas e infraestructura comunitaria.
No obstante, la exposición de estas deficiencias no ha sido acompañada de acciones concretas. Para el Padre Melo, el informe presentado es apenas un intento por apaciguar el malestar social sin atacar el fondo del problema.
“No basta con la salida del ministro”, advirtió. “Lo que el país necesita es una investigación profunda, que no quede en la penumbra de la impunidad como tantos otros casos”.
A casi tres años de gobierno, el partido Libre, que llegó al poder con la bandera de la refundación moral del Estado, enfrenta uno de sus momentos más comprometidos en materia ética.
Las promesas de erradicar el clientelismo político y castigar la corrupción contrastan con la lentitud y superficialidad de las respuestas institucionales.
La presidenta Xiomara Castro prometió ser “implacable” si se comprueban actos de corrupción, pero la ciudadanía espera algo más que declaraciones: espera justicia.
Mientras tanto, voces críticas como la del Padre Melo siguen recordando que la verdadera transparencia no se reduce a informes parciales, sino a decisiones valientes y consecuencias reales para quienes abusan del poder.
