Expertos explicaron a RT las particularidades de la relación entre los países con la frontera más larga del mundo, cuya dinámica depende poco de las presiones externas.
(RT en Español)- Kazajistán es un socio tradicional y uno de los más cercanos de Rusia en el espacio postsoviético. La cooperación bilateral abarca casi todas las esferas. En 1998, ambos firmaron la Declaración de Amistad Eterna y Asociación Aliada.
Durante la visita de Estado del líder kazajo, Kasym-Yomart Tokáyev, Moscú y Astaná decidieron elevar sus relaciones al nivel de alianza y asociación estratégica integral.
«Esto corresponde plenamente al carácter de las relaciones verdaderamente amistosas y de buena vecindad entre Rusia y Kazajistán», declaró el presidente ruso, Vladímir Putin, tras la firma del documento.
Por su parte, Tokáyev afirmó que el potencial de las relaciones entre las dos naciones es enorme. «No hay límites para nuestro trabajo conjunto. En la actualidad, prácticamente no quedan ámbitos en los que nuestros países no mantengan una cooperación eficaz», indicó, añadiendo que entre ambos Estados «no existen cuestiones irresolubles».
El corazón de Eurasia
«Kazajistán y Rusia son el núcleo del proyecto de la ‘Gran Eurasia’. Se trata de un marco geopolítico independiente que une prácticamente todo el espacio del continente euroasiático, a excepción de una pequeña parte correspondiente a la península europea», declaró a RT el politólogo kazajo Maksim Kaznacheev, precisando que se refiere a la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y a la Unión Económica Euroasiática (UEE).
Según el experto, estos proyectos son importantes para ambos países porque reúnen la estructura económica, la cooperación política y la seguridad militar en casi todo el territorio desde el Báltico hasta el Pacífico.
«En los últimos años, bajo la presión externa de las potencias anglosajonas, han surgido ciertos riesgos para la seguridad del gran marco euroasiático. Sin embargo, los principales países de la OCS han logrado contenerlos hasta ahora», subrayó Kaznacheev, añadiendo que la cooperación en estas plataformas determinará las relaciones entre Moscú y Astaná durante las próximas décadas.
Tres pilares de cooperación
Kaznacheev señaló tres áreas principales de interacción entre ambos países que se mantienen sólidas pese a las crisis internacionales.
En primer lugar, la cooperación en el ámbito del transporte y la logística. Kazajistán depende en un 70 % del tránsito de exportaciones e importaciones a través de territorio ruso, y los corredores alternativos no pueden cubrir esta necesidad, explicó el analista.
El segundo pilar es la cooperación energética. En la región del Caspio existe una gran cantidad de clústeres con potencial para la exploración de petróleo y gas, y muchos proyectos ya están en funcionamiento, señaló Kaznacheev. Ambos países ocupan un lugar clave en el mercado mundial de los hidrocarburos: tanto Astaná como Moscú forman parte de la OPEP+. Además, la empresa rusa Rosatom fue seleccionada como contratista principal para construir la primera central nuclear de Kazajistán.
El tercer pilar es la cooperación agrícola, especialmente en la exportación de cereales. «Para Kazajistán y Rusia es fundamental mantener la estabilidad de los precios del trigo en los mercados mundiales, ya que para ambos países es un recurso de exportación sumamente importante», concluyó el experto.
Independencia de la coyuntura externa
El analista ruso y jefe del Sector de Asia Central del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales, Stanislav Pritchin, considera que las relaciones entre los dos países dependen poco del entorno externo.
«Las relaciones ruso-kazajas tienen un carácter especial y apenas se ven afectadas por la coyuntura o las circunstancias geopolíticas, ya que se basan en la proximidad geográfica e histórica, así como en la interdependencia infraestructural», explicó el experto. «Esto implica que, pese a cualquier turbulencia en la arena mundial, ambos países seguirán buscando relaciones pragmáticas y de buena vecindad», añadió.
No obstante, Kazajistán ha enfrentado una fuerte presión por parte de Occidente debido a su cooperación con Moscú, señala Kaznacheev. «Gracias a su hábil diplomacia, el país ha logrado evitar hasta ahora una presión económica directa y a gran escala. Esto es clave, ya que muchas empresas kazajas participan de alguna forma en el comercio paralelo de bienes hacia Rusia», recordó. Aun así, Moscú sigue siendo uno de los principales socios económicos de Astaná, y el volumen del comercio bilateral se mantiene alto, lo que —según el experto— «habla más claro que cualquier retórica política».
La frontera como motor de cooperación
Rusia y Kazajistán comparten la frontera terrestre continua más larga del mundo, de casi 7.600 kilómetros. Sin embargo, lejos de levantar barreras, los países desarrollan activamente la cooperación transfronteriza, lo que repercute positivamente en sus economías.
«El 80 % del PIB de Kazajistán se genera en las regiones fronterizas con Rusia, y del lado ruso esta cifra alcanza el 20 %. Existe un gran número de empresas que colaboran entre sí: alrededor de 40.000 empresas con participación extranjera, de las cuales 20.000 están ubicadas en Kazajistán», destacó Pritchin.
La visita de Tokáyev a Moscú concluyó este miércoles. Tras la firma de los acuerdos, los líderes de Rusia y Kazajistán ofrecieron una recepción en el Kremlin y asistieron a un concierto de gala de artistas kazajos en el Teatro Bolshói.












