TEGUCIGALPA, HONDURAS.
Los precios de las verduras y legumbres volvieron a golpear el bolsillo de los hondureños esta semana, tras un nuevo incremento en los principales mercados del país.
Tomates, papas, repollo y otras legumbres de alta demanda subieron en promedio cinco lempiras, desatando preocupación en hogares que ya batallan día a día con el alto costo de la vida.
Productores explican que las intensas lluvias de la temporada han provocado una proliferación de enfermedades en los cultivos, como hongos y bacterias, que afectan la producción.
“El tomate, el chile, la lechuga y el culantro de castilla son productos que se pudren fácilmente con el agua. Eso hace que se pierdan cosechas y que suba el precio”, explicaron agricultores locales.
Pero en la ciudad, el drama se vive en los mercados. Don Ramón Álvarez, mientras hacía sus compras en un mercado capitalino, expresó su frustración: “Cada día le aumentan más a uno y ya no ajusta con lo que gana. Antes un melón costaba 30 lempiras, ahora está hasta 50”.
Para trabajadores como don Narciso López, empleado de seguridad privada, la situación es insostenible. “Ni siquiera gano el salario mínimo. El sueldo no sube, pero la canasta básica sí. Entonces no alcanza, uno tiene que limitarse con la comida”, dijo con resignación.
La realidad es similar para don Héctor Arriaga, quien destacó que “la situación está muy complicada y con la devaluación de la moneda, el dinero ya no alcanza. Está más difícil conseguir los productos y los salarios son bien raquíticos”.
Aunque algunos productos como lácteos y huevos se mantienen estables, comerciantes ya alertan sobre una posible alza en los granos básicos en los próximos días.
Si eso ocurre, el panorama económico podría volverse aún más oscuro para miles de familias que luchan por sobrevivir.
En medio de la escalada de precios, el silencio de las autoridades se vuelve cada vez más ensordecedor.
Mientras el clima arruina las cosechas y los sueldos se estancan, los hondureños siguen clamando por medidas concretas que alivien la carga de una vida cada vez más costosa.