- Lo que inició como un enfrentamiento televisivo entre insultos y señalamientos terminó en la Corte Suprema, donde el diputado de Libre acusa al exasesor de JOH de injuria y calumnia.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
Un nuevo capítulo de confrontación política se abrió este jueves entre el diputado de Libertad y Refundación (Libre), Marco Eliud Girón, y el exasesor del expresidente Juan Orlando Hernández, Marvin Ponce, luego de que el legislador interpusiera una querella por injuria y calumnias en la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
La acción judicial se deriva del explosivo intercambio que ambos protagonizaron días atrás en el programa Detrás de la Noticia (DDN) de TSi, donde se lanzaron mutuas acusaciones de corrupción, nepotismo e insultos personales en plena transmisión en vivo.
“Estos ataques han dañado mi reputación personal y la de mi familia, además de reproducirse en redes sociales con calificativos despectivos”, explicó Girón a los medios de comunicación al presentar su denuncia.
Un enfrentamiento que cruzó la línea
En el programa televisivo, Ponce acusó directamente al diputado de nepotismo, al señalar que su esposa ocupa el cargo de subsecretaria en la Secretaría de Gestión de Riesgos (Copeco).
“Usted es corrupto, tiene a su esposa como viceministra y eso es nepotismo. No está capacitada”, afirmó Ponce, encendiendo la ira del parlamentario.
Girón respondió con dureza: “Muéstreme las pruebas de que soy corrupto. Si no, usted debió estar en la cárcel desde el tiempo de Juan Orlando Hernández. Usted es un delincuente, un tapudo que viene a insultar a personas honorables”.
La discusión escaló cuando Ponce lo acusó de no rendir cuentas por 16 millones de lempiras en el Congreso Nacional, a lo que Girón replicó que los diputados no manejan fondos directamente y negó cualquier malversación: “¿Sabe cuáles son los 12 millones? ¿Dos semillones de mangos serán? Nunca he tocado dinero ni he sido cómplice de corrupción”.
El trasfondo del conflicto: nepotismo y corrupción
Ponce insistió en que el problema no es aislado, sino estructural en el oficialismo: “Todas las hijas, esposas y familiares de diputados están en grandes puestos públicos. ¿No es corrupción eso? Claro que es corrupción”.
Girón defendió a su esposa alegando que está capacitada para el cargo y rechazó los señalamientos de corrupción: “Tengo la honradez y la capacidad para decir que no he sido cómplice de nada”.
El legislador también recordó antecedentes polémicos de Ponce, como el recordado incidente en que lanzó un vaso de vidrio contra el exprecandidato presidencial Nelson Ávila, y expresó que incluso temió por su seguridad en el debate televisivo: “Pensé un momento que podría repetir un acto agresivo, pero gracias a Dios era un bote de plástico”.
El choque ético y político
Más allá de las acusaciones, Girón aprovechó para lanzar una reflexión ética: “Nadie tiene derecho a faltarle el respeto a otra persona. Se puede decir la verdad, pero sin causar daño. Algo que me enseñó una maestra en primaria es no repetir las malas palabras”.
Por su parte, Ponce se mostró desafiante, afirmando que siempre ha denunciado la corrupción y que habla con la “frente en alto”: “Uno es honorable hasta que lo descubren. Yo no he tocado ni un cinco”.
Un caso con trasfondo político
La disputa ahora trasciende el ámbito mediático y entra en terreno judicial. Las autoridades deberán decidir si admiten la querella presentada por Girón, en un contexto donde tanto Ponce como el oficialismo han sido señalados en múltiples ocasiones por escándalos de corrupción y nepotismo.
Lo que inició como un “zipe y zape” en televisión se ha convertido en un conflicto judicial que revela las fracturas, tensiones y deslegitimación de la clase política hondureña, donde la corrupción no solo se denuncia, sino que se utiliza como arma de confrontación pública.
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