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miércoles, septiembre 3, 2025
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VIDEO | “¡No más mentiras, abogado!” — Tía de diputado de Libre lo enfrenta por abandono a su comunidad

SAN LORENZO, VALLE.

En un inesperado momento de sinceridad y reclamo, Alba Hernández, reconocida lideresa de base del Partido Libertad y Refundación (Libre) en el sur de Honduras, enfrentó públicamente a su sobrino, el diputado Fabricio Sandoval, a quien acusó de haber abandonado a su comunidad y a su propia familia tras llegar al poder.

“Quiero decirle, abogado Fabricio Sandoval, ya no más mentiras. Quiero que nos cumpla, abogado”, expresó con voz firme durante una asamblea del partido, donde el congresista incluso la había aplaudido segundos antes, sin prever la dura reprimenda que recibiría.

La escena fue tan emotiva como contundente. Alba, mujer viuda, madre, pescadora artesanal y activista desde los tiempos del liberalismo popular, hizo una radiografía cruda de la exclusión que viven las comunidades del sur, incluso por parte de aquellos que prometieron representarlas.

“En todo este tiempo se olvidó de la tía, y a mí me gusta ser transparente, precisa y concisa. Hoy quiero decirle todo lo que llevo en mi corazón”, manifestó ante los murmullos del público y la atención silenciosa de figuras políticas como Rixi Moncada, presente en el evento.

Lejos de pedir favores personales, Hernández reclamó lo más básico: justicia y oportunidades para sus hijos desempleados, y la atención que merecen comunidades como San Pablo, a la que el diputado prometió apoyar con 50 mil lempiras para un sistema de agua que nunca llegó.

“No juguemos con la necesidad de las personas. Yo soy viuda, mi esposo fue gran liberal, amigo de José Simón. Estoy sola desde hace 16 años, esperando una mano amiga que nunca llegó. Yo ya tengo mi empleo —pesco sardinas—, pero sí necesito ayuda para mis dos hijos”.

También fue crítica con la permanencia de operadores políticos de otros partidos en posiciones de poder, pese a que las bases de Libre siguen esperando.

“¿Por qué ustedes están teniendo esa consideración de mantener cachurecos todavía en el poder, cuando para mí no la tuvieron?”, cuestionó con voz quebrada pero decidida.

Finalmente, recordó la promesa incumplida que la dejó expuesta ante su comunidad:

“Abogado Fabricio, San Pablo espera los 50 mil lempiras que prometió para el sistema de agua y no llegaron. Quedé mentirosa por confiar en usted”.

El reclamo de Alba Hernández no solo sacudió la sala, sino que evidenció la creciente desconexión entre los líderes políticos y las bases populares que les dieron su respaldo.

En su rostro, y en sus palabras, se condensó el hartazgo de miles de hondureños que se sienten usados, ignorados y traicionados una vez que los políticos llegan al poder.

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