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sábado, junio 14, 2025
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VIDEO | Rixi Moncada acusa a iglesias de servir a la oligarquía desde los púlpitos

TEGUCIGALPA, HONDURAS.

La candidata presidencial del partido Libertad y Refundación (Libre), Rixi Moncada, lanzó fuertes críticas contra las iglesias Católica y Evangélica del país, acusando a curas y pastores de utilizar los púlpitos para emitir discursos políticos a favor de los sectores más privilegiados del país.

Durante un reciente discurso, Moncada aseguró que no se puede permitir el silencio ante lo que calificó como una “instrumentalización religiosa” al servicio de los intereses de las élites económicas.

“Desde los púlpitos, los pastores o curas representan con su mensaje a las 10 familias oligárquicas”, denunció, reiterando el discurso característico de Libre que divide al país entre ricos y pobres.

La religión y la política: una línea cada vez más difusa

Moncada no dudó en apelar a la base ideológica de su partido al afirmar que “esta elección es la elección de las verdades”, instando a sus simpatizantes a “desenmascarar a quienes presentan una historia disfrazada”.

En este contexto, sugirió que ciertos líderes religiosos estarían manipulando la fe con fines electorales.

La candidata también recordó que el Estado hondureño es laico, cuestionando con dureza el papel que juegan actualmente algunas figuras religiosas en el debate público.

“Los discursos de curas y pastores han sido crueles, injustos y groseros”, añadió.

¿Libertad de expresión o intromisión política?

Las declaraciones de Moncada abren un debate necesario pero incómodo: ¿hasta dónde pueden llegar los líderes religiosos en sus opiniones políticas sin vulnerar la neutralidad que exige un Estado laico? Y, en contrapartida, ¿no corre el riesgo Libre de reavivar tensiones innecesarias al generalizar y enfrentar a instituciones con gran influencia social?

Si bien es cierto que la separación entre Iglesia y Estado está garantizada en la Constitución, también lo está la libertad de expresión, un derecho que ampara tanto a líderes religiosos como a figuras políticas.

La tensión entre ambas esferas —fe y poder— no es nueva, pero la intensidad de este tipo de enfrentamientos puede profundizar aún más la polarización que ya marca el panorama político hondureño.

La campaña electoral apenas comienza, pero con declaraciones como estas, parece claro que se avecinan meses intensos donde los discursos no solo buscarán votos, sino también redefinir las fronteras entre lo espiritual y lo político.

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