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martes, diciembre 9, 2025
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Xiomara Castro denuncia “elecciones viciadas” y acusa injerencia de Donald Trump en los comicios hondureños

  • La mandataria asegura que el proceso electoral del 30 de noviembre fue manipulado, coaccionado y adulterado, y anuncia que denunciará un “golpe electoral en curso” ante organismos internacionales. Sus declaraciones elevan la tensión política y profundizan la incertidumbre poselectoral.

TEGUCIGALPA, HONDURAS.

En un discurso cargado de advertencias, señalamientos y tonos de confrontación, la presidenta Xiomara Castro afirmó este martes que las elecciones generales del pasado 30 de noviembre “están viciadas” y carecen de legalidad.

Desde un acto público en Catacamas, Olancho, la mandataria cuestionó abiertamente el desarrollo del proceso electoral, al que calificó como una ofensiva contra la voluntad popular, y lanzó duras acusaciones contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

“Afirmo que estas elecciones, así como lo revelan los 26 audios, están viciadas de nulidad porque la democracia no existe sin justicia. El pueblo hondureño jamás debe aceptar elecciones marcadas por la injerencia, la manipulación y el chantaje”, declaró.

Las palabras de Castro profundizan la crisis política postelectoral, mientras el país continúa a la espera de resultados definitivos en medio de denuncias cruzadas, inconsistencias en actas y un ambiente de creciente polarización.

Acusación directa contra Estados Unidos: “Condeno la injerencia de Donald Trump”

La presidenta acusó al mandatario estadounidense de intervenir en los comicios hondureños al supuestamente amenazar a los votantes para que no apoyaran a la candidata presidencial de Libre, Rixi Moncada.

“Condeno la injerencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuando amenazó al pueblo hondureño que, si le daban el voto a una valiente candidata del Partido Libre, Rixi Moncada, iban a tener consecuencias”.

Castro aseguró que esa acción viola el principio constitucional de que la soberanía hondureña reside únicamente en el pueblo.

Sus críticas también alcanzaron a lo que denominó “conservadores de Washington”, a quienes acusó de aliarse con estructuras criminales que dominaron el país por más de una década.

“Golpe electoral en curso”: manipulación del TREP, coacción y adulteración del voto

La mandataria sostuvo que, pese a haber brindado toda la colaboración institucional para unas elecciones limpias, el proceso estuvo marcado por amenazas, coacción y supuestos actos de fraude.

“Vivimos un proceso marcado por amenazas, coacción, manipulación del TREP y adulteración de la voluntad popular. Estas acciones constituyen un golpe electoral en curso que vamos a denunciarlo en Naciones Unidas, Unión Europea, Celac, OEA y otros organismos internacionales”.

Castro denunció que los votantes fueron sometidos a chantaje, extorsión y múltiples maniobras ilegales, un relato que incrementa la presión sobre las autoridades electorales y anticipa un conflicto institucional más amplio.

Señalamientos contra JOH y las viejas estructuras de poder

En su discurso, la presidenta también revivió las acusaciones históricas contra los gobiernos previos.

Recordó que el expresidente Juan Orlando Hernández, condenado por narcotráfico en Estados Unidos, fue beneficiado —según dijo— con un indulto presidencial un día antes de las elecciones.

“Podrán perdonarle la pena, pero sus delitos y crímenes al pueblo, eso no se olvida”.

Según Castro, las “alianzas conservadoras” buscan restaurar un “orden viejo” que convirtió a Honduras en un narcoestado, provocó la migración masiva y ahora pretende —afirmó— frenar la refundación propuesta por su gobierno.

Justicia como bandera política y el mensaje final

En medio de la crisis electoral, Castro defendió iniciativas de su administración como la Ley de Justicia Tributaria, presentada como una herramienta para eliminar exoneraciones que favorecieron a élites económicas en detrimento del Estado.

“La justicia no sólo se limita a los tribunales; debe ser social y económica”.

Finalmente, la presidenta cerró su discurso con un mensaje simbólico y desafiante, evocando la expulsión del filibustero estadounidense William Walker en 1860:

“El pueblo hondureño jamás aceptará elecciones con injerencia extranjera y los filibusteros que lo intenten sufrirán el destino de William Walker en Trujillo”.

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