SANTA RITA, YORO.
La presidenta Xiomara Castro volvió a confrontar a la prensa crítica y a reforzar su narrativa de gobierno durante un evento público en Santa Rita, Yoro, donde inauguró una planta eléctrica de 15 megavatios.
Con tono desafiante, declaró que ya no le interesa cambiar la “mediática”, dando a entender que el respaldo popular es suficiente para validar su gestión.
“La mediática no la vamos a cambiar… ya no me interesa cambiarla. Lo que me interesa es el pueblo, porque ellos son los que reconocen los cambios”, afirmó, mientras señalaba a los asistentes.
La mandataria destacó que en su gobierno han mejorado los servicios energéticos, en contraste con las crisis del pasado.
Aunque no presentó datos técnicos concretos, dijo que la ENEE ya no sufre los famosos “bajones” ni cortes constantes, como sucedía antes.
También se refirió al manejo de la estatal eléctrica como un logro de su administración, recordando la gestión de Rixi Moncada al frente de la institución.
Además, defendió los subsidios a los combustibles —según ella, unos 20 mil millones de lempiras invertidos directamente en el bolsillo del pueblo— como evidencia del “ahorro” que su gobierno ha generado.
Sin embargo, economistas han advertido que este tipo de subsidios, aunque populares, son insostenibles a largo plazo y pueden desincentivar la transición hacia energías más limpias.
Pero más allá del balance energético y económico, el mensaje político fue claro: Xiomara Castro no solo habló como presidenta en funciones, sino como líder de un proyecto que busca continuar. Y lo hizo con nombre y apellido.
“Estoy convencida de que esa persona se llama Rixi Ramona Moncada”, dijo, en abierta referencia a quien considera capaz de sucederla y continuar la llamada refundación del país. “Tiene todo el conocimiento, toda la dignidad y toda la capacidad para gobernar para el pueblo, por el pueblo y con el pueblo.”
Así, sin rodeos, Castro aprovechó el acto oficial para lanzar un respaldo político anticipado a Rixi Moncada, abriendo de facto la carrera por la sucesión dentro del oficialismo.
El mensaje es claro: si el proyecto no continúa con Xiomara, debe hacerlo con alguien de su entera confianza.
La descalificación a la prensa crítica como “mediática” y el uso de eventos públicos para promover candidaturas levantan serios cuestionamientos sobre los límites entre gobierno y partido, así como sobre el compromiso con una democracia plural y abierta al debate.
La transparencia no solo se declara: se construye desde la rendición de cuentas, incluso ante quienes no aplauden.
